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Con mente abierta

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POR AYASOFIA

Independientemente de lo que se ha venido diciendo sobre el COVID 19, que fue un virus fabricado en China; que se escapó por accidente o que se sembró para dispersarse; que su objetivo es disminuir la población mundial, particularmente aquella que por su edad, ya no contribuye en la economía de los países y que hasta cierto punto se convierte en una carga; que es una guerra económica entre China y Estados Unidos; que no, que fue fabricado por los norteamericanos y que la CIA planteó que lo ideal era soltarlo en Wuhan, por los laboratorios ahí establecidos y que así no sospecharían de ellos y culparían a los chinos; que Rusia sabía de esto y que por ello cerró sus fronteras de inmediato con china y Mongolia para no contagiarse; que es una guerra entre los principales países productores y exportadores de petróleo, y un largo etcétera de especulaciones que aquí mismo en entregas anteriores hemos visto, la realidad es que la humanidad enfrenta un muy serio problema de salud, que ha empezado a repercutir en lo económico, afectando a miles de familias.

De acuerdo con el Johns Hopkins Coronavirus Resource Center, el 2 de abril, a las 8 a.m. se registraban en el mundo 981,221 casos detectados, con un total de defunciones de 50,230 y 204,605 casos recuperados o sanados, en 180 países.

Los países que encabezan la lista se detallan en la tabla que a continuación se inserta:

 

En el caso de Corea del Sur, a partir del 21 de enero y hasta el 18 de febrero, se fueron reportando algunos casos aislado de contagio, pero fue hasta el 19 de febrero que se masificó el contagio.

En cuanto a Rusia, se detectaron los 2 primeros casos el 30 de enero, pero es hasta el 1 de marzo que empezaron los contagios masivos.

Por su parte, México reportó 12 contagiados entre el 27 de febrero y el 11 de marzo, pero fue hasta el 13 de marzo que se desató el contagio.

La información de la tabla anterior aporta información muy importante para el análisis:

De los países con mayor índice de contagios, China, donde se descubrió el brote, tiene una de las tasas de contagios más bajas en el mundo, lo que es muy sospechoso.

Rusia, quien colinda al sur con China, tiene una tasa de contagio muy baja, de las más bajas a nivel mundial, inclusive por debajo de la tasa de China, lo que también es muy sospechoso. ¿Por qué le damos este calificativo a los dos casos anteriores? Habría que remontarnos a la primera entrega de esta columna.

Los casos de Italia y España son los más altos a nivel mundial en cuanto a tasa de contagio; se ha dicho que Italia es el gran aliado de China en la guerra comercial emprendida contra Estados Unidos.

A pesar de que Corea del Sur fue uno de los primeros países en que se detectaron brotes, logró contener los contagios en tan sólo dos semanas, para después mantener un crecimiento lineal, ya no exponencial, terminando al día con menos de 10 mil brotes, y con sólo 169 defunciones, que representa el 1.69% de los contagiados.

En orden descendente de contagios, México ocupa el lugar 42, con una tasa de contagio de tan sólo el 1.05% por cada mil habitantes, afortunadamente muy baja, aunque para este caso la pregunta es ¿Cómo vamos a enfrentar los días que faltan?

El problema de salud ha sido atendido de diversas maneras entre los distintos países del mundo, unos con mayor seriedad y preocupación, y otros minimizándolo y tratándolo como una simple gripa.

Si vemos el caso de Corea del Sur, hasta el momento el más eficiente, fue simple, masificó las pruebas entre su población y separó a los contagiados; claro que no faltaron los que intuyeron un crecimiento exponencial de casos, pensando que a más análisis, más positivos. Parecía lógico, pero el efecto ha sido exponencialmente, al contrario. Por otro lado, en los sitios con mayor número de contagios, montaron un laboratorio móvil, donde los conductores que sospechaban estar enfermos, eran analizados a bordo; de esta manera lograron hacer muchos análisis al día, porque el proceso es muy rápido, ya que el personal sanitario no necesita cambiarse después de cada análisis, con lo cual se reduce significativamente el riesgo de contagio, al minimizar el contacto, cara a cara, tanto con médicos como entre pacientes. Claro está que México, necesitamos un comandante que conduzca, sin politiquerías y con toda la autoridad que demanda el caso, hacia una política de Estado bien orientada y planeada, y la sociedad, que es quien ha tomado las riendas, continúe solidaria y disciplinada.

Ya empezamos a sentir las secuelas del problema de salud, con problemas económicos, el país está semiparalizado y el pronóstico es que el problema de salud se agravará y con ello la recesión económica ira en aumento.

Gobernar, sin duda, es un honor y un privilegio, pero al mismo tiempo, es encarar grandes problemas que demandan toma de grandes decisiones y acciones. Los grandes caudillos y los grandes líderes mundiales, se hicieron notar en el fragor de las batallas. Vaya pues nuestro comentario, a aquellos que deben velar por nuestra seguridad sanitaria y procurar las mejores condiciones de vida de la población.

 

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