miércoles, octubre 23, 2024

EDITORIAL

Alianza cruda o quemada…

 

Esa emoción que hoy presumen PAN y PRD en aras de amarrar su anhelada alianza electoral en el Estado de México para el 2017 tiene todas las cualidades de un inminente fracaso, ya sea para no concretarse en lo oficial durante la contienda o para no ganar el próximo 4 de junio.

 

Y es que mientras la dirigencia nacional del PAN, con Ricardo Anaya, ya da como un hecho que su próxima candidata será la ex aspirante presidencial, Josefina Vázquez Mota, ella misma ha cotizado su eventual abanderamiento al grado de condicionar su postulación a cambio de la renovación total e inmediata de las estructuras panistas mexiquenses; es decir, Vázquez Mota no confía ni en la actual presidencia de Oscar Sánchez, ni en el grupo Tlalnepantla que dirige Ulises Ramírez, ni en los diputados locales, ni en los alcaldes emanados de su partido.

 

De ese tamaño es la desconfianza de Josefina en el PAN del Estado de México y tiene razón, pero será difícil, casi imposible, que logre ganar la candidatura por encima de los cacicazgos arraigados de Acción Nacional y en caso de obtenerla, corre el riesgo de quedarse sola tal y como le pasó a Luis Felipe Bravo Mena en los comicios de gobernador del 2011.

 

Ricardo Anaya entiende perfectamente que de construirse esa alianza con los perredistas, debe asumir el control, disponer de un equipo avanzado y confiable que le lleve la campaña a Josefina, y -sobre todo- que mitigue la crisis que provocarán las traiciones al interior de su instituto político en el Estado de México. Ulises, Oscar y varios que hoy se erigen como panistas de estirpe pueden dar el bandazo antes, durante o al finalizar la campaña del 2017.

 

Valdría la pena preguntar desde ahora qué papel van a jugar los grupos de panistas tradicionales como el del mismo Luis Felipe, mejor conocido como “Los Bravo Boys”; también sería interesante saber hacia dónde se irán los tolucos comandados por Juan Carlos Núñez y Vítor Guerrero; o para dónde tirarán los hoy poderosos alcaldes de Huixquilucan, Naucalpan y Atizapán de Zaragoza, Enrique Vargas, Edgar Olvera y Ana Balderas, respectivamente.

 

Incluso, es momento de cuestionarle a Juan Rodolfo Sánchez Gómez si en su ocurrencia de buscar la candidatura al gobierno del Estado de México está presente la posibilidad de declinar a favor de Josefina Vázquez o en una de esas se proclama candidato independiente para hacerle bulto maléfico a la alianza PAN-PRD.

 

Obvio que aún falta saber qué pasará con el PRD que en este momento no tiene cabeza nacional y que en la disputa del poder entre las corrientes ADN y Nueva Izquierda podría diluirse la anhelada alianza con el PAN. Así que este arroz electoral aún no se cuece y por la ansiedad de algunos corre el riesgo de comérselo crudo o quemado.

 

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