miércoles, enero 15, 2025

EDITORIAL

El anuncio hecho ayer por el Secretario de Movilidad, Isidro Pastor Medrano quien ventiló un importante acto de corrupción en la entrega de más de 500 concesiones a empresas asociadas con el líder transportista, Heriberto Oviedo Don Juan, tiene que ser el principio de una descobijada real de todas las triquiñuelas, negocios turbios y saqueos que se han propiciado en esta dependencia.

Para nadie es desconocido que las oficinas del transporte público han sido históricamente el paraíso de los cochupos y los arreglos al margen de la ley. Desde la obtención de las licencias de manejo por la vía fácil, hasta la omisión en la regulación del pulpo camionero que opera con o sin permiso.

De hecho, la práctica del coyotaje burocrático tuvo su cuna, crecimiento y permanente mantenimiento en las instituciones encargadas del “orden” en el transporte, particular y de servicio público. Ciudadanos, operadores de autobuses o empresarios del ramo conocen a la perfección la forma en que se tramitan todo tipo de documentos en la Secretaría de Movilidad, antes Secretaría del Transporte.

Así a nadie le sorprendió la noticia de que encontraron un presunto fraude de 10 Millones de pesos en la emisión de concesiones ilegales para el transporte estatal. Tampoco se descubre el hilo negro cuando se menciona que uno de los beneficiarios de esta anomalía es la Coordinadora de Organizaciones para el Mejoramiento del Transporte del Estado de México (COMTEM).

Mucho menos habrá que deslumbrarnos con el hecho de que varios funcionarios públicos de la secretaría están embarrados en el escándalo, la corrupción es de ida y vuelta, no hay “bisne” sin emisor o receptor. Todo lo dicho ayer por Isidro Pastor es del conocimiento público, nada nuevo ni nada extraordinario.

El asunto no es lo que se ha ventilado, sino lo que debe salir después de esta acción de denuncia. Por supuesto que hay muchos casos más, decenas de funcionarios involucrados y bastantes líderes o empresarios beneficiados con innumerables actos al margen de la ley.

Heriberto Oviedo no es el primero ni el único, ahí está también Áxel García que durante décadas ha tenido a las autoridades con un pie en el pescuezo. Ahí está la corrupción que impera en las oficinas administrativas de Toluca, Tlalnepantla o Ecatepec, donde -a pesar de lo que diga el secretario Pastor- no se mueve nada si no es a través de los gestores (coyotes).

Así que no nos vengan a dorar la píldora. Los actos de corrupción se cuentan por decenas y por miles de millones de pesos en esa área del servicio público. Si su combate a la ilegalidad va en serio, pues esperamos más nombres y más casos.

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