POR Leazly VILLAR GOMEZ
En el marco de la conmemoración del Dia del Abogado, resulta memorable conocer la importancia de la historia de esta noble y trascendente profesión, el abogado es el representante llamado a defender los derechos y los intereses como individuo de los ciudadanos, los abogados son de mucho valor para una sociedad justa, libre y plena, quienes ofrecen la oportunidad a sus ciudadanos de ser representados ante la ley como miembros de la sociedad en igualdad de condiciones, están encargados de defender las garantías individuales que dicta la constitución y en ocasiones luchar contra los abusos de poder que se pueden producir contra una persona física o jurídica, por parte del gobierno o de la administración pública.
La palabra “abogado” tiene su origen en la expresión latina ad vocatus, cuyo significado es “llamado a” es en la antigua Roma cuando se empieza a perfilar la abogacía como una profesión eran elegidos por los pretores, quienes escogían a personas con buena oratoria para defender a otros, de ahí la expresión ad vocatus.. es decir que el abogado es la persona llamada a defender los intereses y derechos de su representando.
Como símbolo tenemos a la “Themis” Diosa de la mitología griega, también llamada Diosa de la Justicia, el nombre significa “ley de la naturaleza”; representada como símbolo de la equidad y la justicia, aparece en el siglo XV; suele representarse con la balanza y la espada, y en la mayoría de las ocasiones con los ojos vendados, representa la objetividad, en que la justicia es o debería de ser impuesta objetivamente, sin miedo ni favoritismos, la espada representa el poder para castigar, la balanza representa la igualdad y la justicia, el bien y el mal, establecía el orden, los buenos hábitos y las leyes.
Más adelante en España se promulgaron las llamadas normas de las “Siete Partidas”, los abogados tenían que matricularse y debían guardar el secreto profesional. El rey Carlos I de España ordeno establecer en la Nueva España un Centro de Estudios Universitarios de las ciencias. Debido a este decreto, se estableció en el país iberoamericano la Real y Pontificia Universidad de México el 25 de enero de 1553. Las facultades que dieron inicio a la educación universitaria en el país fueron las de Canón. Así fue que, el 12 de julio de 1553 se estableció en el Virreinato de la Nueva España la primera catedra para la enseñanza del Derecho y se dictaron las primeras Ordenanzas del Buen Gobierno, al ser más intensa la vida jurídica empezaron a exigirse estudios concretos, en los se fijaban los requisitos para ser abogados, existían los de oficio que debían inscribirse en un número fijado y era limitado.
En 1990, la ONU, emitió un documento denominado «Principios Básicos sobre la Función de los Abogados», en éste, se inicia con la mención de derechos que forman parte de cualquier sistema jurídico democrático, como son: la igualdad ante la ley, la presunción de inocencia, el derecho a ser oído en forma pública ante un tribunal el que debe ser independiente e imparcial; un juicio sin demoras injustificadas, el derecho a la asistencia de un abogado cuando se es detenido y el consecuente respeto a los Derechos Humanos. Fundamentalmente estos lineamientos refieren que los abogados deben mantener el honor y la dignidad de su profesión.
La abogacía nace de esa necesidad de justicia, que implica el análisis y estudio jurídico profesional de la documentación, para buscar soluciones, lo hace velando por un interés concreto y especifico, el de su cliente. El abogado es promotor de la paz y de la conciliación social, ejecutando la actividad de mediador entre individuos en conflicto con las normas previamente establecidas en el sistema legal del estado, con la misión de hacerlas respetar en defensa de su protegido; usando como recursos los conocimientos, la experiencia, la argumentación jurídica, para plantear una estrategia legal para la solución del conflicto según sus valores y experiencia.
El Abogado es un buen comunicador y un mejor receptor de información para empatizar con la necesidad y problemática de su cliente, incluso es la fortaleza en tiempos de dificultad y debilidad emocional, él es la guía de su representado, es mediador, conocedor y defensor del derecho y la justicia.
Los abogados aclaran los hechos ambiguos de las causas, por los esfuerzos de su defensa en asuntos frecuentemente públicos, en los privados, levantan las causas caídas y reparan las quebrantadas, el abogado como conocedor debe estar al tanto de los lineamientos que propone la ley y sus reformas.
Mi mayor reconocimiento y felicitación a todos los abogados patronos de causas justas, que confiados en la fuerza de su poderoso conocimiento, la elocuencia de su palabra y la inteligencia de su estrategia, defienden la vida, la libertad, el patrimonio, las garantías individuales y todos los derechos y las causas justas de sus representados.
Dignifiquemos llevar a cabo esta noble función de la Abogacía, el valor del abogado reside en su honor, prestigio y honestidad profesional, contar con la plena confianza del cliente es un tesoro que conlleva al éxito de la justicia y por ello es vital que el abogado ha de ser un profesional leal , honrado y rotundamente ético.