Por Oscar Glenn
* ¿Podemos enfrentar la inseguridad civilizadamente?
Para quienes han sido víctimas de algún delito con lujo de violencia, no deja de ser provocadora la idea de venganza o una mejor protección ante la posibilidad que se repita un intento de asalto a mano armada, de robo a casa habitación, el despojo de su auto, delitos que son comunes, y que aunque la estadística oficial indique que van disminuyendo, muchos siguen sintiéndose vulnerables y desprotegidos, por la dudosa capacidad de la autoridad para frenar a los delincuentes.
Con impotencia hemos visto en tiempos recientes cómo se puso de moda infame los asaltos a los automovilistas, mientras permanecían cautivos en el tráfico y los malandros a bordo de motocicletas, bicicletas e incluso a pie, los encañonaban y les quitaban sus pertenencias para después huir impunemente.
Los casos se multiplicaron exponencialmente y ante esta realidad es inevitable preguntarse si la posibilidad de que los ciudadanos no anden indefensos representaría algún inhibidor para los ladrones, ya se han visto casos excepcionales donde las víctimas que están preparadas paradefenderse, en ocasiones acaban con la vida de sus victimarios, aunque después se ven involucrados en problemas con la justicia por haber usado algún arma, sin tener permiso para ello.
Ante esta circunstancia, mucha inquietud está despertando la propuesta del senador panista Jorge Luis Preciado de una reforma al Artículo 10 constitucional, para que los mexicanos puedan estar armados en su casa, en su negocio o en su auto como el derecho a un medio de legítima defensa ante la delincuencia, pues según estima el legislador, el Estado ha fracasado en su tarea de proteger a la ciudadanía.
Argumenta Jorge Luis Preciado que las personas deben tener el derecho de portar un arma para su defensa y que eso disminuiría los delitos, partiendo de la idea que los delincuentes deberán calcular que sus eventuales víctimas podrían tener con un arma la misma posibilidad de causarle daño y eso los frenaría.
La propuesta prevé que haya algún protocolo de capacitación y certificación de la idoneidad de los poseedores de armas para evitar que se multiplique la violencia, además que se cumplan los requisitos que en su caso establezca la SEDENA para el otorgamiento de la autorización de la posesión de las armas, pero hasta ahora todo este esquema, de entrada se antoja difícil de garantizar.
Aunque esta iniciativa no ha sido avalada por el Partido Acción Nacional, el senador Preciado ha dicho que dijo que buscará una iniciativa ciudadana para modificar la Ley General de Portación de Armas de Fuego y Explosivos y para ello necesita reunir más de 150 mil firmas, confiando que los ciudadanos le darán el aval que necesita.
En contraparte a esta que parece una propuesta que atiende a la desesperación que algunos ciudadanos pueden sentir ante los delincuentes, en México se ha propagado en los años recientes la idea de desarmar a la población y por ello se creó incluso el programa de Canje de Armas, considerando que “…la posesión de armas de fuego en la sociedad civil es factor que determina el incremento de los índices delictivos, como consecuencia de la resolución violenta de los conflictos interpersonales, aunado al número de fallecimientos por accidentes y suicidios que ocurren por dicha circunstancia” según se publica en la página de internet de la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana.
Detallan que las armas son un factor de amenaza en los hogares, primordialmente para los menores de edad y según datos existentes “en México 400 niñas y niños mueren como consecuencia de suicidios, homicidios y accidentes causados por armas de fuego”.
Suena sensato, políticamente correcto, pero al parecer hace falta más que eso para convencer a quienes han sido hasta en más de una ocasión víctimas de algún delito, que la autoridad será capaz de protegerlos y poner quietos a los delincuentes. Como no puede garantizarse plenamente tal cosa, la propuesta del Senador Preciado va a generar aún mucho eco, con todo y que no parezca lo más civilizado y generalmente conveniente.
¿Le entramos a esta discusión?
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¡Exitoso día para todos!
