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Entre Comillas · Alberto Abrego

NOCHES DE TERROR EN NAUCALPAN

“Estamos enfrentando las malas prácticas a través de la Unidad Anticorrupción Policial.

Angélica Moya, Alcaldesa de Naucalpan. 30/08/2022

El pasado viernes en Naucalpan de Juárez, Estado de México, elementos de la Fiscalía mexiquense detuvieron a cuatro policías municipales de esa localidad acusados de secuestro exprés perpetrado desde el día 3 de octubre, cuando interceptaron, sometieron y subieron a su vehículo a una persona, a la que extorsionaron con una fuerte cantidad de dinero. Hace un mes dos policías de Naucalpan fueron sorprendidos cometiendo supuestos actos de corrupción, y cuando se percataron que un joven los estaba grabando lo llamaron “córrele indio”, el video fue publicado en redes sociales y ha causado indignación ciudadana. Por esos días, policías de la misma demarcación fueron detenidos luego que circulara un video en el que se aprecia que rociaron gas y agredieron físicamente a un automovilista. Circuló también un video en el que se aprecia a dos uniformados, también de Naucalpan, mientras intentaban extorsionar a dos personas que venían de Guanajuato, al respecto el gobierno del municipio anunció que ya fueron dados de baja. Hace pocas semanas circuló la noticia de que cuatro uniformados le dispararon en la cabeza a un joven luego de que intentara huir para no ser extorsionado, tres se encuentran recluidos y sujetos a proceso, sí, también eran de Naucalpan. Historias hay muchas y el espacio para señalarlas es insuficiente.

A principios de octubre, la alcaldesa anunció que subió a 213 el número de policías municipales dados de baja este año por actos de corrupción y abusos, además de haber iniciado cinco carpetas de investigación ante la Fiscalía mexiquense por diversos delitos.

A la fecha, las medidas parecen no estar dando muchos resultados, por lo menos no en los elementos de la policía municipal, que a diario genera quejas por abusos de autoridad, corrupción y extorsión entre otras irregularidades. A los uniformados no parece preocuparles mucho que les adviertan que serán dados de baja, son el terror de los automovilistas foráneos que circulan por sus avenidas y la percepción entre la sociedad naucalpense es de temor. Y cuando las autoridades detienen a un delincuente con placa, anuncian en todos los medios su detención, pero jamás informan en qué terminó el proceso, y así varios de ellos podrían regresar a su patrulla, “a recuperar el tiempo perdido”.

Y por las noches, quienes caen en manos de los policías naucalpenses narran un verdadero infierno. Tal es el caso de dos jóvenes, a quienes llamaremos Juan y María, que tuvieron la desgracia de ser interceptados este sábado 22 de octubre, por tres policías municipales a bordo de una patrulla pick up, sin números de identificación. Los hechos ocurrieron a las 3 de la mañana, después de salir de una reunión familiar; caminando por la Avenida Parque de Chapultepec, de la colonia El Parque, tres uniformados bajaron de su unidad con el pretexto de una revisión de rutina porque les parecía sospechoso que Juan, caminara detrás de María. Con una falsa amabilidad, los revisaron, los catearon y les dijeron que se fueran con cuidado. Tan solo unos pasos adelante, los jóvenes se percataron que ya no llevaban sus teléfonos celulares. Indignado, Juan regresó a reclamarles, y notó que uno de los policías escondía los móviles bajo las piernas, trató de arrebatárselos con la imprudencia propia de la juventud, pero solo consiguió un golpe y la furia de los policías, que se bajaron dispuestos a subirlos a la patrulla. Afortunadamente los chicos corrieron más rápido, pero no recuperaron sus teléfonos.

Lamentablemente historias como las de Juan y María hay muchas, y son pocas las de policías extorsionadores que están tras las rejas, los que tuvieron la mala suerte de ser grabados y fueron “víctimas de las redes sociales”. En Naucalpan no hace falta que sean los tradicionales días de todos los santos para vivir noches de terror.

En Naucalpan la estrategia contra la impunidad no ha dado resultados. La corrupción lastima a la sociedad. Se han modificado o elaborado mil leyes para permanecer en el mismo lugar, se han puesto mil barreras y los abusos cada día son mayores; las leyes no sirven de nada si los todopoderosos en patrulla son los primeros en violarla impunemente a sabiendas de que solo tienen que cuidarse de no aparecer en las redes sociales. En este sentido, a pesar de tantas leyes y los enredados procedimientos, México sigue empeorando.

Pareciera que el sistema policial en algunas demarcaciones está construido sobre una realidad miserable: la extorsión y el régimen de cuotas. Lo que ocurrió a Juan y María nos hacen pensar que los policías no viven de su salario, y que sus placas, uniformes y armas de fuego, en lugar de reflejar confianza en la ciudadanía, provoca irrespeto, temor y desprecio.

Por supuesto que no podemos generalizar, seguramente en Naucalpan y en muchas partes aún quedan policías responsables y honestos, que son arrastrados por una percepción que han generado quienes se nutren de corruptelas y que salen a las calles a robar al amparo del tolete y la pistola.

Tarea de sobra tienen quienes a diario salen a declarar a los medios que ahora sí van con todo contra la corrupción. En vísperas de un año electoral en el Estado de México, es buen momento para demostrar que las acciones no se limitan en correr a unos cuantos corruptos que son captados por cámaras ciudadanas. Hace falta también la cultura de la denuncia, para que casos como el de Juan y María no queden impunes y los roba – celulares con uniforme tengan el castigo que merecen.

 

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