ISSSTE, ENTRE CARENCIAS Y CALIDAD HUMANA
“Si no lo logramos vamos a tener tache, esto es un compromiso y es algo a lo que nos estamos dedicando en materia de salud»
Presidente Andrés Manuel López Obrador
27/septiembre/2022
Muchas cosas son las que se dicen del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, que el servicio es pésimo, que nunca tienen medicinas suficientes, que está saturado, que en Urgencias no atienden con urgencia y que son negligentes.
El ISSSTE ha sido una historia de corruptelas, un botín de quienes lo dirigían, medicamentos a sobreprecio, estudios clínicos sospechosamente adjudicados a laboratorios de compadres y amigos, nepotismo, operaciones financieras turbias, y mafias de los cárteles surtidores de medicinas. Y por ello muchos se han enriquecido, al amparo de impunidades perversas que han hecho de la institución una fuente de recursos ilícitos.
A diferencia de quienes por décadas, en las altas esferas de la institución han logrado enriquecerse, están los que dan la cara, los que le ponen el pecho a las circunstancias y los que a diario atIenden a los miles de derechohabientes que necesitan atención médica, vacunas, trámites o medicamentos, quienes están lejos de la corrupción institucional que permea y cancera.
Mi experiencia personal en el ISSSTE fue muy diferente a lo que muchos denuncian y comentan por las calles. En la Clínica Juárez, de la CDMX, a la que asistí a consulta, desde la guardia de seguridad hasta la directora tratan de cumplir sus roles con eficiencia y respeto. Tantos pacientes, tantas preguntas y tantas exigencias de atención parecen poner a prueba la paciencia y el espíritu de servicio del personal que ahí labora. A los médicos, Jonathan y Consuelo, a la Bióloga María Antonieta, a la doctora Mariana, a la chica que toma la temperatura en la entrada, al QFB Gustavo, a la señorita Julia, Asistente de Dirección, a los encargados de dar las citas, a quienes toman signos vitales, a la Directora, al personal de Vigencia de Derechos, a quienes escapan de mi memoria pero que con su trabajo honesto contribuyen en la atención, y hasta a la doctora que me sacó de su consultorio siete les reconozco el esfuerzo y la dedicación que ponen en sus labores diarias.
A las instalaciones del ISSSTE Zona Norte, ubicadas en calle La Fragua, tuve la necesidad de ir a realizar un trámite por un problema de duplicidad en mi registro, y me encontré con que la atención que se ofrece al público es eficiente, rápida y amable. ¿Qué queja podría tener, si el tiempo estimado de atención para los derechohabientes es de 10 a 15 minutos?
En el Hospital de Indianilla, de la Colonia Doctores, también de la CDMX, la atención recibida no fue distinta, desde el acceso, los guardias de seguridad que toman el registro, las chicas que regulan las citas, el médico que aplica electrocardiogramas, el personal que tramita los estudios de laboratorio y por último la atención esmerada y paciente del doctor Pérez, eminencia en Cardiología, ejemplo de sencillez y sobre todo de calidad humana, me demostraron que el ISSSTE es una institución que es grande por los trabajadores, que han enfrentado día con día, durante muchos años las exigencias y justos reclamos de quienes no encuentran medicamentos, atención rápida o celeridad en sus trámites administrativos.
Es lamentable la crítica situación operativa y financiera en la que ha vivido el ISSSTE, una institución abandonada en su funcionamiento social, pero ambicionada para hacer jugosos negocios y obtener beneficios personales de quienes lo han dirigido desde su fundación.
Es evidente que en México la salud es un tema de privilegio: hay enfermos, médicos y hospitales de primera y de segunda. En el ISSSTE, la gran fortaleza es la mayoría de su personal, que como en la Clínica Juárez y el Hospital de Indianilla hacen su mejor esfuerzo para trabajar con unidades deterioradas y equipos inservibles; y el trabajo que hacen ahí médicos, enfermeras, personal administrativo, de seguridad y de intendencia no parece ser una política pública implementada desde las cúpulas del poder, sino que provienen de los valores morales y de la calidad humana de quienes hacen su trabajo con todas las limitaciones e insuficiencias que históricamente han caracterizado a esta institución.
Avergüenza tanto abandono y tanta escasez en una institución que pudiera ser de las mejores del mundo, pero se encontró con corruptos en su historia, contratos millonarios de servicios vinculados con funcionarios o exfuncionarios que andan libres disfrutando de sus fechorías, complejos problemas estructurales, urgencia de construir nuevos espacios hospitalarios, modernizar equipos médicos obsoletos, de cuidar el abasto de medicamentos, para lograr una atención médica digna a los más de 13 millones y medio de derechohabientes. Indigna tanta ignominia y tanta estulticia impropias de seres humanos que lucran con la salud de sus semejantes. Es necesario sacudir viejas inercias y proporcionar un servicio adecuado para los mexicanos.
Al personal de la Clínica Juárez y del Hospital de Indianilla, mi respeto y reconocimientos; a los funcionarios corruptos que durante 60 años han lucrado a título personal con recursos del ISSSTE, mi desprecio e indignación.
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RÁPIDAS MEXIQUENSES. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México integrará a las filas de su Unidad Canina algunos de los perros que serán seleccionados de los 95 que fueron rescatados recientemente de un domicilio del municipio de Nezahualcóyotl, en el cual se presumía que eran sacrificados para venderlos como comida.
Parece buena idea, elegir los canes más jóvenes para alimentarlos bien, entrenarlos e integrarlos a las labores policíacas de búsqueda e investigación. Al menos tendremos la certeza que estarán en el grupo de policías que no se corromperán.