Alberto Abrego/ENTRE COMILLAS
¿Y DÓNDE ESTÁ LA OPOSICIÓN?
“El gobernante que pretende encauzar a su país hacia la democracia tiene que empezar por ser verdadero demócrata, y demostrarlo tolerando a la oposición, por más cruda que se ejerza en el mitin, en la prensa, en la diatriba personal”
Lázaro Cárdenas del Río (1895-1970)
“Ningún gobierno puede estar seguro por mucho tiempo sin una formidable oposición”
Benjamín Disraelí (1804-1881) Político y escritor británico
“Los buenos gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen”
Antonio Gala (1930- ) Poeta, dramaturgo y novelista español
Toda gran democracia necesita de una gran oposición, moderna, fuerte, que responda a sus desafíos, que supere visiones añejas y que se concentre en el presente.
Ser oposición significa un balance entre buscar el poder político con propuestas para atraer a los electores y al mismo tiempo imponer contrapesos al gobierno en turno, es decir: proponer para convencer, al mismo tiempo que vigilar, fiscalizar y denunciar.
Desafortunadamente en México no tenemos nada parecido, la que dice llamarse oposición está más preocupada por vituperar y fustigar a sus enemigos de clase que en construir proyectos que abonen al crecimiento. La pérdida de legitimidad de los partidos políticos en general es cada vez más evidente, sus llamados “líderes” son tan grises que la opinión pública ni siquiera los identifica.
El Partido Revolucionario Institucional no ha entendido nada, no asimila haber perdido el poder del que históricamente parecía el dueño, no se acostumbra y no sabe ser oposición. No cambia, no propone, no construye y no tiene autoridad moral. El Partido Acción Nacional se desgastó tanto o más que el PRI en tan solo doce años en los que convirtió al país en un enorme cementerio, y la que supone su mejor carta tiene líos con la justicia y ya no puede presumir de honestidad. El Partido de la Revolución democrática está en terapia intensiva con respirador artificial, vaga como zombie sin rumbo fijo y la única meta que le queda es la de la supervivencia. Movimiento Ciudadano esboza cierta congruencia y fuerza local en algunas zonas, pero no es todavía una propuesta al que el partido en el poder debiera temer. Cómo estarán las cosas que algunas casas encuestadoras sitúan como serio contendiente a Luis Donaldo Colosio Riojas, cuyo gran mérito es su apellido.
La oposición que tenemos no ha entendido su papel. No es una oposición visionaria, preparada, mucho menos fuerte. No se le ve intención ni capacidad para reinventarse, cada día muestra más limitaciones y desesperación por no contar a estas alturas con un líder carismático y competente que haga frente desde la autoridad moral, la honestidad y la preparación. Los escasos triunfos que los opositores han logrado en conjunto – como el no permitir que prosperara la Reforma Energética -, se desvanecen porque sólo se unen a conveniencia, pero a la hora de elegir al líder todos quieren ser candidatos, mas no tienen ética, ni ideas ni mucho menos la intención de velar por los intereses de los mexicanos, carecen de liderazgo y estrategia conjunta, y si algún pensamiento en común tienen es el de buscar su propio bienestar y el de sus grupos políticos.
Aunque los partidos políticos son económicamente millonarios, tienen posiciones ideológicas pobres; y algunos, más que otros, evidencian su incapacidad intelectual, política y técnica para argumentar desde la perspectiva del bienestar ciudadano. Y hay quienes incluso exhiben serias deficiencias intelectuales, en esta época en la que se goza de abundante literatura académica al alcance de todos.
De ahí que los partidos políticos opositores, aunque entiendan su rol fiscalizador y de equilibrio, no puedan lograr la construcción de un contrapeso real, que implique cuestionar políticas, fiscalizar los actos del gobierno y resolver los retos que nos plantea el presente y el futuro.
Lo cierto es que es muy complicado exigir rendición de cuentas cuando la mayoría tiene cola que le pisen.
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RÁPIDAS MEXIQUENSES. Integrantes del gremio periodístico del Estado de México se manifestaron frente al Palacio de Gobierno y cerraron la Avenida Lerdo de Tejada, en Toluca, para exigir garantías de seguridad, puesto que durante años, los compañeros comunicadores han recibido agresiones, represiones y amenazas por el ejercicio de la labor periodística. Las autoridades, se dignaron en recibir una comitiva y aceptar el pliego petitorio. Ojalá verdaderamente se adopten medidas que contribuyan a prevenir la violencia contra periodistas y no solo se quede en el discurso, sobre todo en el Estado de México, que no se ha distinguido precisamente por ser garante de seguridad y justicia. Las marchas que sean necesarias, los reclamos que sean necesarios y una exigencia permanente de respeto a la labor periodística.