“Urbanismo y Movilidad conforman un binomio inseparable”
Julián Sastre, Ingeniero en Transportes y Urbanismo (España)
“La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos”
Múgica Herzog, Enrique. Político y abogado español
Los mototaxis en la Ciudad de México, principalmente en algunas alcaldías como Tláhuac, Iztapalapa, Xochimilco, Gustavo A. Madero y Coyoacán, se han convertido en un importante medio de transporte público para sus habitantes, que los prefieren por encima de los autobuses o microbuses concesionados por economía, comodidad o por las condiciones topográficas de algunas regiones.
Este servicio motorizado surgió desde hace casi dos décadas como una necesidad y se convirtió en una especie de solución a la movilidad en ciertas zonas rurales y semirurales, pues son más pequeños que los coches, más baratos que los taxis y más maniobrables y rápidos que los autobuses. Y al mismo tiempo faltos de toda regulación, ilegales, sin las mínimas condiciones de seguridad para los usuarios y en muchos casos provocando situaciones muy propicias para las actividades de la delincuencia organizada y de la no organizada.
Por ello, desde enero de este año autoridades de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México y de la Alcaldía Tláhuac establecieron un Programa de Movilidad de Barrio, en el que se han realizado censos, colocación de estampas de identificación que contienen información como su folio y la organización a la que pertenecen y diversas acciones para que los llamados mototaxis y golfitaxis (carros eléctricos como los utilizados en los campos de golf) se incorporen a fin de regular el servicio, y los aproximadamente 4 mil transportistas de esta modalidad operen bajo los lineamientos que marca la normatividad.
Ante las políticas fijadas, recientemente autoridades de la SEMOVI y de la demarcación Tláhuac anunciaron que una vez concluido el plazo de registro comenzarán los operativos coordinados con apoyo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana para retirar de circulación a las unidades que no hayan sido regularizadas.
A saber, este servicio ha operado desde 2005, al principio con muy pocas unidades, siempre con la ausencia de condiciones de seguridad para el pasajero, la falta de identificación de los operadores[AAM1] , la contaminación y los problemas viales generados por donde circulaban; y al mismo tiempo con la excusa de cubrir las necesidades de los pasajeros, por las distancias cortas, porque circulan en zonas de difícil acceso, por caminos donde no existe una ruta establecida de microbuses y mucho menos el Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Definitivamente hay quienes no están contentos con estas medidas, los transportistas concesionados se sienten invadidos y afectados en sus intereses. Durante muchos años, las anteriores administraciones permitieron que la carencia de un adecuado servicio de transporte y la falta de más opciones en zonas marginadas propiciara el crecimiento de un transporte irregular y sin control.
Hoy, las políticas públicas de la Secretaría de Movilidad, más allá de prohibir este servicio lo regulan, atendiendo como prioridad las necesidades de quienes tienen que utilizar este tipo de transporte, alternativo, no precisamente ecológico y aún con carencias, pero convirtiéndose en parte de una solución.
Ubicar los problemas, reconocerlos y atenderlos es tarea fundamental para avanzar en el desarrollo de políticas orientadas en favorecer a las mayorías; la toma de decisiones importantes reafirma autoridades y liderazgos; la aplicación de políticas eficaces y no necesariamente populares abona a la transparencia y a las reglas claras; apoyar la economía informal ayuda al crecimiento económico de la ciudad; y eso es precisamente lo que está haciendo la Secretaría de Movilidad.
Porque se quiera o no, el transporte que hasta ahora había sido informal, forma parte de la economía informal de la ciudad, por lo que su análisis y la toma de decisiones obliga a visualizar el problema desde un contexto más amplio, que se ajuste a los preceptos legales y que busque opciones de movilidad para una sociedad que evoluciona socialmente, exige y demanda soluciones.
Falta mucho aún para lograr que el servicio de mototaxi sea eficiente, seguro y confiable, pero es un primer paso, que nadie había dado.
Bien.
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UNA MEXICANA EN EL ESPACIO. Katia Echazarreta, de 26 años, nacida en Guadalajara hace historia al convertirse en la primer mexicana en viajar al espacio. Graduada como Ingeniera Electrónica por la Universidad de California, con maestría en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Johns Hopkins, fue seleccionada de entre más de 7 mil candidatos, de más de 100 países, gracias a la iniciativa “Citizen Astronaut Program”, de Space for Humanity, una organización que busca ampliar el acceso al espacio para la humanidad. Lo conseguido por Katia es una demostración de que los grandes logros no se alcanzan en razón del género, ni de la fuerza, sino por la constancia, disciplina y mentalidad, que aunados a su talento nos hacen ver que no existen límites para alcanzar los sueños. ¿Cuánto habrá tenido que sacrificar Katia?, ¿a cuántas fiestas dejó de ir?, ¿cuántas navidades no convivió con su familia?, ¿cuántas noches sin dormir por entregar algún trabajo, o por estudiar? Definitivamente nuestros actos nos definen. ¡Felicidades!
