ENTRE COMILLAS/ Alberto Abrego
LA MAESTRA
“Nunca he sido pobre… yo he sido rica toda la vida… no es un delito vivir bien cuando se ha trabajado…no vivo como los maestros, pero tampoco nadie puede decir que yo haya robado del erario”
Elba Esther Gordillo, ex lideresa magisterial
Señalada en numerosas ocasiones por tráfico de influencias, gastos excesivos que no correspondían a sus ingresos, la compra de un avión privado, decenas de obras de arte, propiedades en Lomas de Chapultepec, Polanco, Paseo de la Reforma, el Estado de Morelos y en Estados Unidos con valor de varios millones de dólares, joyas por valuadas en millones de pesos, la compra de 59 camionetas Hummer para sus ayudantes en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, costosas cirugías plásticas y excesivos lujos personales, dueña de partidos políticos, detentó poder y privilegios como pocos políticos, considerada en su momento como la mujer más poderosa del país y denominada por la revista Forbes como uno de los 10 mexicanos más corruptos.
Lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación durante 24 años, tres veces Diputada Federal, Senadora de la República, Secretaria General del Partido Revolucionario Institucional. Antes de ser profesora tuvo que trabajar de mesera y telefonista en la Ciudad de México. En febrero de 2013 fue detenida por la entonces Procuraduría General de la República, acusada de lavado de dinero, defraudación fiscal y delincuencia organizada; liberada en agosto de 2018 tras permanecer más de cinco años en prisión, el último de ellos, domiciliaria.
Elba Esther Gordillo Morales, “La Maestra”, es uno de los personajes más controvertidos de México, se sirvió generosamente del poder, lo asumió, lo ejerció, lo disfrutó, lo aprovechó a manos llenas, y también fue víctima de él. Desde su militancia en el PRI, apoyó la candidatura de Vicente Fox, por lo que fue expulsada del partido político que la cobijó y posteriormente se alió y trabajó en la campaña de Felipe Calderón. Nunca pusieron límites a sus ambiciones, impulsó diputados y gobernadores, creó partidos políticos, controló la educación en gran parte del país, hasta que sintió que podría tener más poder y autonomía que el presidente en turno.
Recientemente concedió una entrevista a Carlos Loret de Mola para el portal Latinus, en la que hace un recuento de su trabajo político en favor de diversos candidatos presidenciales, su ruptura con el presidente Enrique Peña Nieto y se dijo además “decepcionada y arrepentida” del apoyo que en su momento le brindó al actual mandatario López Obrador. Aseguró que jamás había sido pobre, que le gusta vivir bien, verse bien vestir bien y que nunca ha sido corrupta.
Nada nuevo, en nuestro país los corruptos que ingresan a la cárcel nunca son castigados por corrupción, en la mayoría de los casos son detenidos porque cayeron de la gracia de alguien más poderoso, y salen libres cuando la administración ya es otra, además de la falta de capacidad de las fiscalías para armar una Carpeta de Investigación sin cometer omisiones o errores que permitan impunidades. En México todos los casos de combate a la corrupción transitan por la vía política, más que por la jurídica.
¿Qué busca la Maestra al reaparecer en la escena política?, ¿por qué conceder una entrevista al periodista que precisamente cuestionó su liberación hace cuatro años?, ¿al que la exhibió con fotografías y publicaciones de su detención?, ¿al que amenazó con demandar por daño moral?, ¿al que trató de intimidar?, ¿al que acusó de hacer “aseveraciones tendenciosas y falsas”?
En nuestro país existen dos tipos de justicia, la que se les aplica a quienes no tienen con qué pagar su libertad, y la que se acostumbra en las altas esferas de poder, la que se negocia en acuerdos políticos, diferencias graves o venganzas.
Las mejores lecciones de La Maestra fueron tal vez que en México no se puede desafiar a un presidente, que la politización de la justicia es recurrente en México, y que la corrupción en su entorno es “tan humana como la contradicción”.
Es también ejemplo de que, desde el sindicalismo corporativo no provendrán soluciones a la educación, ni mucho menos a la corrupción, sobre todo de quienes han hecho de ella una forma de vida. Lamentable que desde el poder, desde el oportunismo y desde la soberbia se olviden de buscar mejoras en un tema tan sensible, como la educación, y en lugar de eso persigan acuerdos y convenios personales, al amparo de fines perversos y conductas inmorales.
Ojalá dejáramos atrás, algún día, la costumbre de la simulación y la vergüenza.
RÁPIDAS MEXIQUENSES. 8 Columnas, publicó que en el Estado de México, procedieron las iniciativas del PAN y del PRD para reglamentar los Gobiernos de Coalición, y con esto se fijan las reglas claras para que los partidos políticos se puedan aliar en la próxima elección mexiquense.
Con esto por lo menos tienen la esperanza de que “haya tiro” en el Edomex el próximo año. Muy desigual y con pocas esperanzas, pero tiro al fin.