Por: Alberto Abrego
Por: Alberto Abrego
“No somos sicarios, somos niños comunitarios y apoyamos en el resguardo de nuestra comunidad nahua… Si no hay leyes que nos protejan a los niños huérfanos de México ni gobierno nos brinde seguridad, entonces vamos a responder con fuego a los sicarios»
Niños de la montaña de Guerrero
Abril de 2021
Así reprocharon a las autoridades federales 30 niños de entre seis y once años que se sumaron a la policía comunitaria de Ayahualtempa, en el municipio de José Joaquín Herrera, en la montaña baja de Guerrero. Se sabe que desde enero de 2020, habitantes de la comunidad de Acotapaxtlán, entre ellos niños y jóvenes solicitaron apoyo a las autoridades porque grupos delictivos tenían tomada la zona, impidiéndoles asistir a la escuela. No hubo respuesta, y ahora esos niños forman parte de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).
Aunque en los hechos mantienen vigente una ley inconstitucional, como es la “Ley 701” en el estado de Guerrero, que reconoce a la Policía Comunitaria y a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias como sistemas de justicia en comunidades indígenas, para llamar de una manera elegante a “los ejércitos de autodefensa”, es inaudito, por decir lo menos, ver niños armados, que en lugar de tener libros en las manos tienen fusiles, que en lugar de tener sueños tienen la responsabilidad de proteger a su comunidad, que en lugar de jugar y ser niños, luchan contra criminales, muchas veces de su misma edad. Se nombran “autodefensas”, pero son paramilitares que ahora reclutan niños para enseñarlos a matar, grupos armados que se encuentran fuera de la estructura estatal y que sin embargo, son tolerados por las autoridades; organizaciones al margen de la ley que ejercen funciones que corresponden únicamente al estado. Funciones tan indispensables como indelegables.
Esto solamente puede suceder en México, donde tenemos una basta historia de enseñanzas ignoradas, donde olvidamos que los niños son sujetos dotados de plena dignidad totalmente merecedores de consideración y respeto, y que el valor a su persona es inalienable.
Tan solo días antes del 30 de abril, que debería ser de festejos y alegrías, los niños lanzan un enérgico reclamo: “No somos sicarios, somos niños comunitarios y apoyamos nuestra comunidad nahua…”, y empuñan las armas que deberían empuñar las autoridades, pero más allá de las escalofriantes cifras y de la criminal indiferencia, persiste la corrupción y la impunidad en los funcionarios responsables de proporcionar seguridad. Y la sociedad, estancada y sumisa seguirá mandando sus niños a intentar hacer lo que los adultos no pueden o no quieren. La delincuencia, tanto en Guerrero como en casi todo el país no tiene freno. Es una plaga que debilita y carcome la raíz de las instituciones, porque las corrompe. No hay manera de justificar nada cuando un niño de seis años empuña un arma, con el logo de “autodefensa” o de la delincuencia. Causa sorpresa e indignación hasta la náusea tanta mentira, simulación, cinismo, mezquindad, negligencia y valemadrismo de todos, más concentrados ahora en alcanzar el poder político. Tarde o temprano, la historia nos hará pagar este crimen, el de robarles a estos niños su infancia, paz, y sobre todo, su futuro.
Inalcanzable y utópico se siente un mundo en donde los niños de esas comunidades marginadas tengan casa, comida y juguetes, en el que puedan asistir a clases y donde los delincuentes no asalten o maten a sus papás, y puedan hacer la única actividad que deberían tener encomendada: ser niños.
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SENTIDO HUMANISTA: Quienes conocemos al Licenciado Fernando Gómez Rodríguez, sabemos que es una persona íntegra y confiable, acostumbrada a construir día con día y a apoyar desde su “Fundación Unidos contra la Pobreza y la Marginación”, sembrando esperanzas y dibujando sonrisas. Candidato para gobernar la alcaldía Gustavo A. Madero, en la CDMX, de la cual lidera algunas encuestas por su campaña limpia y con sentido humanista.
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UNA VIDA MÁS. El Covid ha cobrado una vida más. Recientemente falleció Esther Abrego Villegas, a los 71 años de edad en la Ciudad de Puebla. Familiares y amigos la recuerdan con cariño y respeto. Es en la muerte de un cercano cuando la vida adquiere otro sentido, nos recuerda lo frágiles que todos somos. Abrazo a la familia.
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RÁPIDAS MEXIQUENSES. Victorino Sánchez Samaniego, candidato a la Presidencia Municipal de Santiago Tianguistenco, Estado de México por la coalición “Juntos haremos historia”, tiene dos denuncias, por violencia familiar y por no cumplir con el pago de la pensión para su hija. El candidato perfecto, pues cubre en su totalidad con los perfiles que hoy se necesitan para aspirar a un cargo de elección popular. Violento e irresponsable, no cabe duda que nuestra política evoluciona.