ESCENCIA Y MISIÓN DE LA EDUCACIÓN
“Maestro, tus actos hablan tan alto que no puedo escuchar lo que dices” Mtro. Ariel Pérez Jiménez
La educación no solo es un derecho humano fundamental, sino una herramienta imprescindible para conseguir un mundo pacífico, justo y sostenible. El 6 de diciembre de 2018 la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución A/RES/73/25, proclamó el 24 de enero como el Día Internacional de la Educación, en celebración del papel desempeñado por ésta en la paz y el desarrollo.
Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos.
En la actualidad, 262 millones de niños y jóvenes siguen sin estar escolarizados, 617 millones de niños y adolescentes no pueden leer ni manejan los rudimentos del cálculo; menos del 40 por ciento de las niñas del África Subsahariana completan los estudios de secundaria baja y unos 4 millones de niños y jóvenes refugiados no pueden asistir a la escuela. El derecho a la educación de estas personas se ve afectado y eso es inaceptable.
En esta época excepcional, no podemos seguir haciendo lo mismo de siempre. Si queremostransformar el futuro, si queremos cambiar el rumbo, debemos repensar la educación. Se trata de forjar un nuevo contrato social para la educación, en donde tenemos que reparar las injusticias del pasado y orientar la transformación digital hacia la inclusión y la equidad. Y necesitamos que la educación contribuya plenamente al desarrollo sostenible, por ejemplo, integrando la educación ambiental en todos los planes de estudios y formando a los docentes en este ámbito. Los docentes son eje fundamental en contribuir con esta transformación en compresión a su gran influencia social que moldea vidas para el presente y el futuro.
El Día Internacional de la Educación nos permite repensar y analizar las transformaciones más importantes que hay que llevar a cabo para hacer realidad el derecho fundamental de todos a la educación y construir un futuro más sostenible, inclusivo y pacífico.
Debemos de generar entre todas y todo un debatesobre cómo fortalecer la educación como bien público y común, cómo dirigir la transformación digital, apoyar a los docentes, salvaguardar el planeta y liberar el potencial de cada persona para contribuir al bienestar colectivo y a nuestro hogar compartido.
Para cambiar de rumbo, transformando la educación, los educadores tendrían que ampliar su visión e intencionalidad educativa, y quizás cambiar ellos mismos para ser referencia de vida.
Un verdadero maestro, tiene oídos para escucharte; razones para entenderte; tolerancia para corregirte; respeto para aceptarte; solidaridad para acompañarte; paciencia para instruirte; responsabilidad para educarte; vocación enseñarte; y amor para entregarse.
Finalmente, la educación sola no cambia a la sociedad, pero tampoco sin ella la sociedad cambia. Es el único medio que garantiza a la mujer y al hombre a ser sujeto y persona, a establecer relaciones de reciprocidad, con logros y alcanzar la creatividad y la libertad de posibilidad humana.