EL 2022 Y LO HEREDADO
#DemoCrazy
Por: @isidroshea
Se está terminando el 2022, un año que nos ilusionó con el fin del ciclo pandémico del COVID19 pero que prácticamente desde el inicio nos tensó con la invasión de Rusia a Ucrania, invasión ilegítima que únicamente representa el hambre de poder de un solo hombre, de Vladimir Putin.
Fue el año de grandes victorias y derrotas electorales a lo ancho del mundo. Mientras por un lado con tintes democráticos y de participación ciudadana Portugal y Costa Rica eligieron jefes de gobierno muy alejados al populismo de derechas, Hungría vio llegar al fantasma del populismo europeo de la mano de Viktor Orbán cuyo partido se caracteriza por el nacionalismo excluyente, por el nosotros vs ellos.
En Francia, en cambio, la segunda vuelta no le alcanzó a Marine Le Pen y al Frente Nacional, pues otra vez Macrón, el moderado, o tibio para otros, se hizo de la victoria con la bandera del social liberalismo europeo.
De este lado del mundo la expectativa no fue menor, incluso la polarización se hizo más que latente en países como Colombia y Brasil; en ambos se enfrentaron los dos puntos más alejados del continuo ideológico. En Colombia dos candidatos antisistema se enfrentaron, resultando ganador Gustavo Preto líder de la izquierda colombiana, mientras en Brasil lo hizo Lula Da Silva diciendo adiós al periodo del derechista Jair Bolsonaro, y si bien, se despidió a la derecha del poder ejecutivo de aquel país, en realidad Brasil quedó fragmentado en dos.
Por su parte, en noviembre, los estadounidenses eligieron a un tercio del Senado, así como a la Cámara de Representantes, y aunque hubo una victoria en términos generales para el partido Republicano, ésta no fue tan avasalladora como esperaba la mayoría de los comentaristas, aunque bien, dio cabida al reinicio de la especulación del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, más aun con un Biden que únicamente ha actuado bajo los diferentes tonos de gris.
También en el escenario internacional hemos sido testigos de intentos de golpes de Estado y anulación de la separación de poderes, específicamente con el caso de Perú donde el presidente tuvo que ser destituido después de dicho intento. Ahí mismo en Sudamérica otro fuerte escándalo político lo ha tenido que enfrentar la vicepresidenta Cristina Fernández quien ha tenido que hacer frente a una acusación y demanda por corrupción durante su mandato como presidenta.
En México, por su parte, se eligieron 6 gubernaturas, en las cuales el gran triunfador resultó ser MORENA obteniendo 4: Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, mientras el PAN únicamente pudo hacerse de la gubernatura de Aguascalientes y el PRI de la de Durango.
En México también hemos terminado el año muy agitados, en términos políticos electorales, pues si bien la reforma electoral no logró pasar, MORENA y el presidente, si lograron su plan B mediante el cual hemos dado grandes pasos hacia el pasado, y en el cual se limita el presupuesto del árbitro electoral: el INE, así como las facultades del Tribunal Electoral para sancionar a aquellos que se brinquen las reglas y leyes que rigen los trayectos político electorales.
Desafortunadamente, también en México hemos sido testigos de más actos de poca vergüenza y profesionalismo, el mejor ejemplo es el palpable plagio de la tesis de licenciatura de la ministra Yasmín Esquivel quien en lugar de hacerse responsable de lo hecho, continúa buscando la presidencia del poder judicial; quizá sea cierto que México es el país donde pasa todo y a la vez nada.
En fin, ha sido un año movido y nos espera uno igual de intenso con un 2023 donde se elegirán dos gubernaturas: la de Coahuila y la de la entidad más poblada del país, el Estado de México, todo, sin lugar a duda con la mirada puesta en el 2024 y la sucesión presidencial.
Ojalá este no haya sido solo un año de malas noticias y experiencias, sino también de aprendizaje, aprendizaje que nos permita seguir creciendo como sociedad y como individuos.
¡Feliz 2023!
