Isabel Blancas
Lo gris
Tolerancia y respeto es lo que nos hace falta como ciudadanos y conste que puse CIUDADANOS porque creo que esa es la palabra clave. Esta crisis por falta de combustible que nos cayó por sorpresa ha traído consigo reflexiones, cambios de hábito pero también enojos e intolerancia.
Por un lado los que están a favor y por otro, los que están en contra de las acciones que puso en marcha el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, y a decir verdad ni tan en contra porque la mayoría apoya la lucha contra el huachicol, pero no la manera en la que se puse en marcha.
La falta de combustible ha pegado a todos sin importar partido político, condición, raza, género, estado civil o religión y solo por ser seres humanos merecemos respeto. Nadie les pide a quienes prefieren caminar que paguen la gasolina de quienes quieren usar auto, que se vayan a formar a esas largas filas por ellos o viceversa.
La realidad de las cosas es que ya todos los ciudadanos necesitábamos un “jalón de orejas” y darnos cuenta que estábamos abusando del uso del automóvil; sin embargo, también hay que entender que mucha gente tiene la imperiosa necesidad de usarlo y las razones son muchas, todas ellas válidas, desde aquella persona que ahorra durante un tiempo para comprarse su auto porque le resulta más barato que irse en camión por los traslados que tiene que hacer, pero también hay gente enferma, discapacitada, adultos mayores, para quienes viajar en transporte público es un verdadero martirio.
Para todos ellos es indispensable el uso de automóvil, ya sea propio o de algún familiar y debemos ponernos en sus zapatos o de la gente que los ayuda para trasladarse, para quienes un taxi significa un día de alimento para su familia.
Ellos no pueden andar en bicicleta, patines o simplemente en camión como muchos extremistas proponen y de ahí qué digo que nos falta tolerancia, respeto y compasión en el más puro de los significados, pensar en el prójimo, sin juzgar, sin señalar y sin criticar.
Hay quienes en realidad viven todos los días sin auto, es verdad, y ellos como cualquier otro merecen respeto pero reiteró, pensemos en los que hacen un gran esfuerzo para hacerse de un auto o una camioneta para trabajar, a ellos que se les dice??, cárgate a cuestas los bultos necesarios para surtir tu recaudaría?, señor taxista, llévese a la gente cargando a sus destinos?, hijo del señor de la tercera edad que requiere diálisis, lléveselo atrás de la bicicleta?.
Es verdad que debemos hacer conciencia y quienes quieran y puedan disminuir y reducir al máximo el uso de automóvil, lo hagan pero no se puede generalizar, pongan el ejemplo ustedes y dejen de dar opiniones que nadie pide pues la gente que quiera irse a formar horas enteras a una fila para conseguir combustible está en su legítimo derecho y quienes quieran caminar kilómetros completos para llegar a su destino también puede hacerlo.
Hoy es el combustible, mañana será otra cosa pero mientras la tolerancia y el respeto se pierdan, esta sociedad estará condenada al enfrentamiento, al enojo, a la división que a nadie conviene en estos tiempos en los que se requiere compasión y pensar en el de enfrente, porque si esto sucediera nadie se metería en las filas pensándose “muy fregón”, no habría dobles o triples filas, no habría mercado para el huachicol, los celulares robados o la piratería, no habría “diablitos” ni delincuencia pero mientras eso suceda, conformémonos por respetar al de al lado o al de enfrente aunque no piense igual que nosotros.