domingo, diciembre 22, 2024
InicioOpiniónMUJER RESILIENTE- SANDRA CHÁVEZ MÁRIN

MUJER RESILIENTE- SANDRA CHÁVEZ MÁRIN

 

Por: Sandra Chávez Marín
Fecha de publicación: 16 de agosto 2021

¿Por qué duele tanto la vida?
Duele cuando nacemos tanto como cuando nos despedimos para ir el encuentro del sueño
eterno; si bien en el primer caso es un dolor que termina en felicidad y el segundo en
implacable tristeza, ambos son intensos.
A lo largo de nuestra existencia, con el paso del tiempo, nos enteramos sobre la palabra y el
significado del amor; entonces, solemos relacionar el amor con la felicidad.
Desde pequeños aprendemos que amar es sinónimo de felicidad, a través de las historias de
príncipes y princesas nos enteramos…se casaron y fueron felices…sin embargo, en la vida
real no siempre es fácil convivir aunque el amor desborde los límites de nuestros sentidos.
Creer que el amor se une a la felicidad y la felicidad se une al amor para siempre, sin
sufrimiento ni lágrimas, sin preocupación ni zozobra, sin ese amplio abanico de sensaciones
que conlleva el amar, el enamorarnos, es suficiente para una vida en común, significa
romantizar el amor y esto a su vez, se convierte en engaño.
Indudablemente pocos temas son tan diversos como el amor; hablar de éste genera interés
en todo aquel que ama, ha amado o desea amar tanto como sentirse amado. Sin embargo, el
amor, ese que involucra interés, deseo, goce, posesión, encanto, entusiasmo y cuanto
extraordinario sentimiento acude a nuestro cuerpo y mente al encontrarnos en tal estado de
embriaguez, también causa dolor.
El amor duele porque la persona amada no siempre es amable, nos puede hacer sufrir tanto
con sus palabras como con sus silencios; los seres humanos somos cíclicos, nuestro estado
de ánimo varía y ello puede provocar sufrimiento, sin embargo, el amor verdadero no hace
daño con la intensión consiente de hacerlo, no disfruta de hacer sufrir al otro.
No todo lo que parece amor lo es.

El amor, cuando es genuino, es imposible sea egocéntrico, miserable, turbulento o
pretencioso, no destruye. El amor construye, procura la armonía, la plenitud y el
perfeccionamiento en el ser humano, motiva lo mejor de ti como ser humano, como
persona; no evoca la peor parte de tu ser.
El dolor y el amor son parte esencial de la vida, la felicidad radica en estar vivos.
Te invito a leernos todos los lunes en Mujer resiliente, y continuar ampliando el debate a
través de mis redes sociales:
● Página de Facebook: Sandra Chávez Marín
● Twitter: @ChávezMarín
● Instagram: @SandraChavezMarin

PODRÍA INTERESARLE ...

MÁS LEÍDO