Yo solo digo
Rafael Rodríguez
Este miércoles, finalmente se develó “el misterio” sobre el candidato presidencial que enviará Movimiento Ciudadano para hacer la lucha en la carrera por la silla grande en la elección del próximo 2 de Junio.
En un evento un tanto desangelado y con la presencia Samuel García, quien originalmente sería el abanderado naranja a la presidencia, fue presentado Jorge Álvarez Máynez, para llevar la causa de MC en la boleta presidencial y que eventualmente le restará (muchos o pocos) votos tanto a Claudia Sheinbaum como a Xóchitl Gálvez.
En ese sentido, sería bueno saber que va a pasar con este partido en el Estado de México, toda vez que en las últimas elecciones mexiquenses no ha logrado posicionarse como lo ha hecho en estados como Nuevo León y Jalisco, donde se ha consolidado como primera fuerza política.
¿Jorge Álvarez Máynez tendrá el arrastre nacional para lograr posicionar a su partido en el Estado de México?. Mi respuesta personal y directa es un rotundo NO.
El Estado de México se cuece a parte en lo que se refiere a la forma en que se desarrollan las elecciones, algo que los dirigentes estatales de MC no han acabado de entender, a la entidad mexiquense hay que valorarla según la zona geográfica en la que se llevará a cabo su operación política y con base en ello determinar a sus mejores perfiles para abanderarlo
¿Pareciera una obviedad, no?
Ahí es donde se mete en un aprieto el partido que encabeza a nivel estatal Juan Zepeda, pues el panorama para este instituto político luce desolador debido a la falta de buenos perfiles para buscar algunos de los 125 municipios o ni que decir de los 45 escaños del Congreso Local.
No se trata de demeritar solo porque si, para este momento del proceso electoral no se tiene un perfil de alguien que fuera a competir con la causa de Movimiento Ciudadano ¿será que se los están guardando para marzo? ¿será que no los tienen?
MC está a tiempo de revisar su estrategia y recular, antes de apostar solo por llevarse algunos votos que pudieran “arrastrar” de la elección presidencial con un precandidato único que no le llena el ojo a todos los emecistas y con lo que se jugarían su permanencia, o no, en el Estado de México.