domingo, mayo 5, 2024
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Retando a la democracia- Isidro O’Shea

Retando a la democracia

 

Por: Isidro O`Shea

@isidroshea

Maestro en Análisis Político y Electoral

El niño que siempre le jala la cola al perro, hasta que el perro suelta un ladrido o de plano una mordida. Así me imagino a algunos, mejor dicho, a bastantes; bastantes que no están satisfechos con el régimen en el cual vivimos, pero que al igual que uno, no conocen uno mejor.

Sin embargo, lo anterior puede parecer que es únicamente unareferencia a la ciudadanía, pero no es así. También hago referencia a los de arriba; a las élites; a los líderes de partido; a los gobernantes. Y es que, mientras el perro solamente ladre, quizá no tengamos mayor problema, pero ¿y si nos muerde? Ahí, probablemente ya no sepamos qué hacer, y volvamos a caer en el mismo hoyo, pero ahora más profundo. En el hoyo de los autoritarismos; autocracias; dictaduras que nos lleven a odios irracionales como el nazismo o el fascismo, hasta el punto de que el ser humano, tanto en lo individual, como en lo colectivo, ya no pueda más.

Lo anterior, tristemente, parece que no le importa a nuestro presidente. Al parecer es cierto lo que un día nos dijo: que, a él, lo que el viento a Juárez. Resulta de preocupar, porque si a ello no le da importancia, me pregunto en francés: “¿a qué chingados le va a dar importancia?

El pasado viernes se fue contra un periodista, contra CarlosLoret de Mola, uno de los más afamados y conocidos,independientemente de si coincidimos con él o no.

Si a él lo ataca de esa manera, entonces ¿Qué podemos esperar todos los mortales, desconocidos, que semana a semana expresamos nuestra opinión en uno o varios medios?; ¿Qué podemos esperar, cuando incluso, una periodista que presencialmente le pidió ayuda por varias amenazas recibidas, terminó siendo asesinada?

Difícilmente alguien puede argumentar en contra del reporte anual sobre la democracia elaborado por The Economist, mismo que señala que respecto al año anterior la democracia cayó 9 centésimas; producto en gran medida de los efectos de la pandemia del COVID19. Fue una caída que no se había visto desde el año 2010, cuando en dicho año se continuaron viendo las consecuencias de la crisis financiera del 2008.

Por otra parte, el reporte anual de la revista británica nos pone señales y conos en naranja exclamando “Precaución”; y es que los indicadores de la región latinoamericana muestran la caída más grande a nivel regional en la historia del reporte. Es decir, nunca ninguna región del mundo había caído tan abruptamente en el indicador de un año para otro. Ello se debe, según “The Economist, a gobiernos autoritarios de derecha como el de Bolsonaro, o bien, a gobiernos iliberales como el de López Obrador.

Pero habrá quien no sabe cómo se conforma el índice y le eche la culpa al INE, como lo hizo un pseudoperiodista afín a la 4T.

El índice se construye conforme a cincos indicadores, unos más cercanos a responsabilidades de las instituciones, y otros más propios de la ciudadanía: 1) procesos electorales y pluralidad; 2) funcionamiento gubernamental; 3) participación política; 4) cultura política y 5) Libertades civiles.

Así, a priori, únicamente por ver los distintos apartados ya vamos perdiendo. Resulta difícil hablar de pluralidad cuando no tenemos prácticamente partidos por los cuáles votar.Cuando nunca ha crecido un partido socialdemócrata en México; cuando en el 2000 aquellos que coincidían con ideales de la izquierda tuvieron que votar por el partido más apegado a la derecha, para así poder tener un cambio. En ese apartado y en todos en general nos salvan los procesos electorales, los cuales son carísimos pero eficaces, siendo lo único que ha permitido que tengamos certidumbre respecto a quién o quiénes ganan. Cuando se han visto rebasados, ha sido principalmente, por las manos del crimen organizado, o de estos con vestimenta de políticos.

Respecto al funcionamiento gubernamental ¿qué podemos decir?; ¿Qué podemos decir cuando al presidente todo le parece baladí y/o ataque personal? Aunque los errores esténahí, día a día en la televisión, y no solamente en la televisión,sino en la calle. No podemos afirmar que funciona un gobierno donde el secretario de salud nunca ha salido a dar la cara en todo lo que va de la pandemia; no podemos decir que funciona cuando no existen programas sociales integrales; no podemos decir que funciona cuando cada tercer día sus funcionarios se contradicen, o peor aún, cuando a más de la mitad del sexenio no se ha cumplido nada de lo que por 12 años había prometido su titular. Y eso, eso es lo poquito que sabemos.

En el tercer apartado se califica la participación política, misma que si la observamos a partir de los medios convencionales como son las elecciones, efectivamente, no estamos tan mal. El mejor ejemplo de ello: el récord de participación que hubo en las elecciones del 2021. Sin embargo, por otro lado, en la participación política no electoral, la verdad es que estamos por los suelos. Resulta increíble que todos protestemos por separado, cuando en realidad todos hemos sido de una u otra forma agraviados: ya sea por la negligencia contra el COVID; por los niños sin medicamento contra el cáncer; por las madres trabajadoras que se quedaron sin estancias infantiles; o por cualquier otra razón. Y es que es evidente que no somos una sociedad organizada; muy a pesar de la buena noticia de que se haya roto récord en un espacio de Twitter con más de 60 mil usuarios desconcertados por la injusticia y el uso de los instrumentos gubernamentales contra un solo ciudadano.

En un cuarto apartado se evaluó la cultura política, muy apegada al inciso anterior, y que nos demuestra que efectivamente estamos todavía muy por debajo de ser ciudadanos acostumbrados a vivir en democracia: nos seguimos comportando como miembros de una cultura política de súbditos, como lo describirían Almond y Verba. Y es que, ante las estupideces utilizadas como pretextos por el ejecutivo para no cumplir con su deber, parece que nosotros solamente jugamos a las estatuas de marfil.

Por último, el reporte anual de The Economist evalúa las libertades cívicas de la ciudadanía. Cómo es que vamos a salir bien en este apartado, si somos el país de las masacres; el país más peligroso para ejercer el periodismo (6 asesinatos de periodistas en menos de 2 meses); el país donde se siguen robando niñas para prostituirlas; el país donde ya no nos sorprenden los descabezados o los cadáveres flotando en un río.

México sin duda ha dado pasos hacia atrás, y desafortunadamente, hay quien en lugar de preocuparse y ocuparse, se ofende; cuando otros debiéramos ser los ofendidos.

Por último, respecto al hecho de que la caída de los indicadores democráticos fue a nivel global, solo cabe decir, lo que dicen las abuelas: mal de muchos, consuelo de tontos.

La democracia del mundo está amenazada por aquellos que (se) llenaron de flores, y que ahora no encuentran ni sus pies, ni su cabeza.

Just asking: ¿Todo pinta para que el Estado de México tenga más candidatas que candidatos?

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