POR Fernando Ariel GARCÍA TERRÓN
Una sindemia, término acuñado en los 90’s, es definida como la coexistencia de 2 o más epidemias en un contexto geográfico y social específico. Las sindemias involucran la interacción entre enfermedades y condiciones de salud dentro de una población, viéndose favorecidas por contextos sociales adversos; pobreza, estigmatización, inequidad en salud, etc. Esta compleja interacción hace que las condiciones sociales y sanitarias de la población incrementen la carga de enfermedad, resultando en peores pronósticos para la gente enferma.
Desde que comenzó la pandemia por COVID-19, los servicios de salud en el mundo fueron reorganizados para dar prioridad a la atención de pacientes enfermos por coronavirus, las personas, sobre todo con enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, cáncer, enfermedades pulmonares, etc.) dejaron de llevar a cabo sus seguimientos debido a dos principales factores: la suspensión o disminución de los servicios sanitarios prestados a causa de la reconversión hospitalaria, o bien, el miedo de los pacientes a acudir a un centro de salud y verse infectados con el virus.
La prevalencia de las enfermedades no transmisibles en nuestro país es alarmante; la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) revela que el 10.3% (8.6 millones) y el 18.4% (15.2 millones) de los adultos de 20 años o más, tienen diagnóstico de diabetes e hipertensión respectivamente. Estas condiciones médicas han demostrado ser los principales factores de empeoramiento y mal pronóstico en pacientes infectados por el virus SARS-COV2.
México ha sobrepasado las 75 mil muertes confirmadas de manera oficial por COVID-19, en el mundo ya hay más de 1 millón de muertes y se puede decir con firmeza que el enfoque que se ha dado a lo largo de estos meses es el de contener los brotes y de mitigar los efectos del virus; dejando de lado la atención a las enfermedades crónicas, mismas que se convierten en un círculo vicioso ya que, como se mencionó anteriormente, empeoran el pronóstico de los pacientes infectados por el virus. Convirtiendo al fenómeno en una sindemia.
Merrill Singer, médica y antropóloga estadounidense, propone un enfoque sindémico, mismo que se encarga de abordar las interacciones biológicas y sociales, que son importantes en el pronóstico, tratamiento e implementación de políticas públicas en contextos específicos. Para limitar el daño por la pandemia de coronavirus, se necesita prestar más atención a las enfermedades crónicas y a las inequidades socioeconómicas que prevalecen hoy en día.
Sin dejar de lado la importancia de implementar políticas públicas destinadas a frenar el avance de la pandemia, ver este fenómeno como una sindemia permitiría hacer hincapié en sus orígenes sociales, en donde las minorías y poblaciones vulnerables son las peores golpeadas por los efectos biológicos y sociales. La pandemia vino a hacer evidentes las grietas sociales y pendientes en las agendas políticas no solo dentro de nuestro país, sino en todo el mundo.
Los gobiernos necesitan concebir y llevar a cabo políticas públicas y programas sociales para revertir estas inequidades, sobre todo, en los sectores más vulnerables de la sociedad; se necesita crear un ecosistema en el que el individuo pueda vivir en un medio saludable y protegido ante los embates socioeconómicos, pero también los médicos. De esta manera podremos vivir seguros y protegidos ante esta y futuras pandemias.
AGT
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Fernando Ariel GARCÍA TERRÓN
Médico Cirujano por el Tecnológico de Monterrey, investigador en el Instituto de Salud Pública y Global AHF de la Universidad de Miami y ayudante de investigación en la Fundación Mexicana para la Salud.
ariel_garcia_terron@hotmail.com
Twitter: @ArielGarciaT