Eduardo H. Limón Cervantes
* Dios me libre de ver a AMLO presidente.
Inicia el mes patrio y con ello me duele el estómago al escuchar la sarta de mentiras populistas que dice el líder del Consejo Nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien dijo que en el año 2018 va a poner orden, va a dejar la Constitución como estaba cuando triunfe Morena (cosa que espero no ver), porque -según él- se han borrado de la Constitución los derechos del pueblo.
Coqueteando con las huestes revoltosas de la CNTE, López Obrador aclaró que siempre apoyará a los maestros, porque luchan por sus derechos. Y amenazó que al ganar las elecciones del 2018, se cancelarán las reformas estructurales: laboral, educativa, fiscal y la energética, especialmente se recuperará el petróleo, ¡otra vez la burra al trigo! ¿Pues este tipo no sabe leer o que le sucede? El petróleo es y seguirá siendo de los mexicanos.
Si López Obrador fuera presidente, durante el periodo 2018-2024, muchos pensarían que México sería un gobierno similar al modelo venezolano, y no están equivocados. Indudablemente en su plan de gobierno tendría que efectuar reformas estructurales, gemelas a las que hoy está implementando Peña Nieto, ¿Por qué?, simple; Pemex se ha ido deteriorando los últimos años y requiere de inversión, el petróleo en partes someras se está agotando y necesitamos explotar en aguas profundas, las energías renovables están sustituyendo a las fósiles, además se debe modernizar a la industria petrolera. Independientemente de esta Reforma Energética, también hubiese implementado una educativa, una financiera y una fiscal, tan parecidas a las que presentó el Gobierno Federal, quizá con unas mínimas variaciones, ya que el país requiere recursos o tendremos un nulo crecimiento, e inevitablemente se vería obligado a firmar pactos con las principales fuerzas políticas, con las mismas que tiene diferencias irreconciliables en la actualidad.
Evidentemente las reformas de Peña Nieto ni son populistas ni son socialistas, son hechas a la medida de las necesidades de la nación, entonces ¿por qué la izquierda radical critica, desinforma y ataca sin piedad a estas Reformas Estructurales? ¿Por qué acusan al Presidente de México y a los políticos de vende patrias y traidores al pueblo por haber apoyado estas reformas? ¿Por qué hacen correr falsos rumores, engañan y ponen en contra a un sector de la población, sabiendo que esto es funcional y necesario? sencillo; porque los detractores del gobierno no tienen el poder, y menos la mas mínima moral para reconocer los buenos proyectos, ya que va en contra de sus intereses.
Cuando López Obrador fue jefe de gobierno de la Ciudad de México, no tuvo una oposición que le efectuara los daños que está teniendo el gobierno de Miguel Mancera, y esto por el hecho de que el rey de las protestas incendiarias, de la violencia verbal y la falsa acusación estaba sentado en el trono, gobernando la Ciudad de México.
Difiero totalmente y absolutamente de aquellos que señalan a Obrador como una persona honesta, este personaje es deshonesto, ya que no es necesario robarte los millones para serlo, se es deshonesto desde el momento en que se miente y se crean falsos rumores, estos actos son más graves que el robo, ya que llevan grandes daños colaterales y sí, preferiría que ganara la Presidencia de la República Facundo, Ádal Ramones o Paquita la del Barrio, antes que ver a este lastre de la sociedad con la banda tricolor al pecho.
Y como decía mi compadre Chón: «Recuerde compadre que el objetivo del mentiroso es sencillamente encantar, deleitar, proporcionar placer».
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