Eduardo H. Limón Cervantes
* Comicios 2016, termómetro para 2018.
Ya están casi en puerta; los preparativos para la jornada electoral de 2016 avanzan. Las alianzas ya aparecen como una estrategia conveniente y necesaria para la competitividad y continuidad.
El dirigente del blanquiazul, Ricardo Anaya, dice analizar una alianza electoral con el PRD que tendría como objetivo ganar en los estados en donde históricamente siempre ha gobernado un mismo partido. Agustín Basave, líder del PRD, ha reconocido que, ante la debilidad en que se encuentra su partido, necesitan formar alianzas para poder alcanzar triunfos. La triste realidad de este partido no le deja muchas opciones electorales.
Por su parte el PRI, a través de Manlio Fabio Beltrones ha reconocido la conveniencia de que su partido vaya en alianza para las elecciones de 2016. Está claro que desde hace unos años su aliado natural es el Partido Verde Ecologista (PVEM) y, en algunos casos, ha ido en alianza con el Partido Nueva Alianza (PANAL). No esperaríamos una sorpresa con algún otro partido, salvo quizás con el Partido Encuentro Social (PES).
¿Y Morena? Pues su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, se ha mantenido renuente a dar respuesta a los llamados de quienes lo buscan para formar un bloque de izquierda, aunque ya en varias ocasiones ha sido más que claro en su rechazo a todos aquéllos que considera parte de la mafia del poder. Él sabe que si lo buscan es porque, están débiles y necesitan poder.
Lo que es un hecho es que el proceso electoral federal 2014-2015 debe ser motivo de análisis de cara a las elecciones presidenciales de 2018, cuando estarán en juego tanto el futuro del país como la recreación del sistema democrático.
Y como decía mi compadre Chón: «Recuerde compadre que nunca es segura la alianza con un poderoso».
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