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Trípode

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Eduardo H. Limón Cervantes

 

  • * ¿Cómo sería AMLO en la presidencia?

 

Aunque López Obrador dice que lo quieren sacar de la TV, de la radio y de internet; a leguas nos hemos dado cuenta que el tabasqueño está llevando agua a su molino y está haciendo campaña rumbo a las presidenciales de 2018. A nosotros no nos engaña.
    Pero… ¿Cómo sería López Obrador en la Presidencia? Ha sido jefe de Gobierno del Distrito Federal y dos veces candidato del PRD a la Presidencia de México y ahora todo parece apuntar que será abanderado de Morena. La tercera la vencida.
    López Obrador siempre ha dicho que el PRI es la representación misma del autoritarismo, sin embargo, cuando estuvo al frente del Gobierno de la Ciudad de México nunca respetó la división del poderes. Siempre ordenó a sus diputados en la ALDF cómo y qué votar. Al tener mayoría su partido jamás permitió que iniciativas presentadas por otras fuerzas políticas y contrarias a su proyecto personal fueran aprobadas. López Obrador nunca ha compartido el poder con nadie ni se ha abierto al diálogo plural para alcanzar acuerdos con otros partidos.
    Cuando llegó al gobierno de la capital se apoderó del PRD, expulsó y marginó a quienes le estorbaban. Que le pregunten al fundador de ese partido, Cuauhtémoc Cárdenas, cómo lo trató. A quienes tienen una opinión diferente, dentro o fuera del perredismo, los condena y sataniza. «Los medios -dice- son unos alcahuetes». El es el dueño de la verdad y del poder. Su presidencia dentro de Morena no es consecuencia de haber estado adelante en las encuestas, sino de haber impuesto su voluntad.
    Ha demostrado tener un profundo desprecio por los ministros de la SCJN, los banqueros, los empresarios a quienes ha llamado «parásitos», «delincuentes de cuello blanco» o cómplices de la mafia en el poder. ¿Qué tipo de relación tendría con el Poder Judicial, con el Congreso o la iniciativa privada?.
    Sin duda, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tendría un gran aliado en López Obrador, a quien ningún trabajo le costaría adoptar las simpatías que el mandatario caribeño siente por Irán y su proyecto de construir armas nucleares. Así que, México se convertiría en resumidas cuentas en una explosión. Dios nos libre de esa situación.
    Y como decía mi compadre Chón: «Recuerde compadre que quienes alcanzan el poder con demagogia terminan haciéndole pagar al país un precio muy caro».

E-mail: limon@8columnas.com.mx
Twitter: @edulimon76

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