viernes, noviembre 22, 2024
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Zona Diversa · Leo Espinoza

Necesario que la agenda LGBTTTIQANB+ se mueva de lo público a lo privado

Pese a los avances en el sector legislativo, político, deportivo, en medio y otros rubros más, la discriminación impera en el día a día de las personas diversas en la sociedad.

De la visibilidad a la normalidad que tanto nos falta

Para nadie es un secreto que en los últimos años a nivel nacional e internacional la agenda LGBTTTIQANB+ a consolidado grandes avances, no solo en el reconocimiento de derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sino también en conquistar espacios que dan visibilidad a la diversidad como en el mundo del deporte y medios de comunicación, pues no son pocos los exponentes que han permitido cambiar los paradigmas acerca de las disidencias sexuales y de la reflexión y toma de acciones para reconocerles en su dignidad por el hecho de ser seres humanos.
Pese a los avances y la fortuna de unos cuantos elegidos que permiten soñar y aspirar a un mundo más inclusivo, la realidad en la ciudadanía diversa de a pie es otra, los crímenes de odio se siguen suscitando, pese a las reformas que plantean tipificar, los transfeminicidios, prohibir las terapias de conversión e incluso entidades donde castigan la discriminación.
Siendo justamente la discriminación laboral uno de los principales males en la sociedad mexicana, más cuando se ejerce por orientación, identidad o expresión de género. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Discriminación (Enadis) 2022, casi cuatro de cada diez personas diversas dijeron haber vivido algún incidente de discriminación en su trabajo, situación que obliga a muchas personas a no salir del closet o mantener en secreto que son parte de estas poblaciones por miedo.
Sin duda, no se puede pasar por alto el rechazo familiar, social y hasta religioso de las personas diversas y que muchas lo viven día a día y que se ha normalizado, lo que genera que el sector diverso sea mas propenso a la depresión y suicidio producto del rechazo.
La exclusión se vive en las calles, en los hospitales, en las escuelas, en las oficinas gubernamentales y prácticamente en todo sector donde hay socialización entre personas diversas y personas heterosexuales que tienen algún estigma, prejuicio o ideas preconcebidas que generan rechazo a lo diferente.
Por ello la tarea pendiente es salirse un poquito de la zona de confort y llegar al centro del problema, que es deconstruir y reeducar a la población mexicana sobre derechos humanos, perspectiva de genero y perspectiva diversa, pues mientras no se quiten los prejuicios acerca de la diversidad sexual por más cambios normativos que se tengan, estos no se verán reflejados en la sociedad.
Se debe entender que la exclusión social hacia la comunidad LGBTTTIQANB+ en México es multidimensional y multicausal, que sí, la visibilidad será importante como punto de partida, que conquistar espacios siempre es el primer escalón para la toma de decisiones y para derribar prejuicios, pero para la ansiada normalidad y la inclusión de la diversidad en México el cambio debe ser estructural y derribar las paredes del machismo, lo que no es una tarea fácil donde la prospectiva tiene que ir enfocada ahora más al ámbito privado.

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