viernes, noviembre 22, 2024
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ZONA DIVERSA- LEO ESPINOZA

Las personas homosexuales y trans no son personas enfermas

Jalisco reporta 5 casos de terapias de conversión

Necesario una estrategia nacional para prevenir y sancionar dichas prácticas contra la salud

Durante mucho tiempo la homosexualidad era vista como una conducta reprobable y una enfermedad mental “curable” y se encontraba dentro de la lista de trastornos mentales, fue en 1990 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) la excluyó de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud al no encontrar elementos que patologizaran algo que no se puede cambiar.

Este avance fue consecuencia de que en 1973 la Asociación Norteamericana de Psiquiatría retirase la homosexualidad como trastorno de la sección Desviaciones sexuales de la segunda edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-II), después de llegar a las mismas conclusiones.

En el año 2018 la misma OMS quita del catálogo de enfermedades mentales a las personas trans, cabe señalar que los países miembros de esta organización suman un total de 192 naciones de las 197 reconocidas en el mundo, sin embargo, las denominadas ECOSIGS (Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género) siguen siendo una realidad que tortura y lastima a personas de la diversidad sexual.

Justo este año Jalisco prohibió las terapias de conversión y las tipifica como delito contra la salud de las personas diversas en su Código Penal apenas en abril de este año, pese a ello este mes hay 5 denuncias por este delito en cuatro municipios como lo son Puerto Vallarta, Zapopan, Teuchitlán (con dos casos) y Tepatitlán, en su mayoría por establecimientos privados.

Estas prácticas son en su gran mayoría consentidas por familiares de personas LGBTTTIQA+ que en su afán de mantener las apariencias acorde a la heteronorma consienten todo tipo de abusos a sus familiares que tienen una orientación o identidad de género diversa y que son privados de su libertad contra su voluntad para recibir fármacos, terapias, violaciones correctivas, electroshocks, hasta exorcismos y métodos religiosos con tal de volverles heterosexuales.

En nuestro país el avance legislativo si bien tiene avances aún no tiene el impacto que debería pues de las 32 entidades que conforman nuestra nación solo en 9 estados prohíben dichas prácticas. Es por ello que aun con la tendencia de realizar reformas en los congresos locales faltantes, si hace falta una estrategia nacional de sensibilización y capacitación en los futuros profesionales de la salud física y mental para que comprendan que realizar terapias de conversión es y será un delito equiparable a la tortura o al abuso sexual.

También se debe poner total atención a los lugares que funcionan como albergues, refugios, clínicas de rehabilitación o retiros religiosos para ver si tienen las medidas necesarias para brindar los servicios que ofrecen y más aún si sus terapias van acorde a la Ley General de Salud.  La diversidad sexual existió, existe y existirá, es importante respetarla y no tratar de curarla o cambiarla.

 

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