ZONA DIVERSA POR LEO ESPINOZA
¿Realmente funciona el lenguaje inclusivo?
Un tema recurrente hoy en día que ha dividido la opinión social es sobre el uso de nombrar mujeres y hombres o niños y niñas cuando hay una audiencia grande, esto con el fin de no invisibilizar a un género.
Recientemente en redes sociales se viralizó el caso de una clase en zoom donde un joven expone las catástrofes del huracán y se dirige a alguien de la clase como compañera, quien le responde “no soy compañera, soy compañere”, acto seguido se puede ver en un video de tik tok como rompe en llanto.
Dicho ejemplo expone dos situaciones que se deben analizar, si bien en los espacios educativos es importante respetar la orientación sexual o identidad de género de las personas, también es importante mencionar que quienes pertenecen al colectivo LGBTTTIQ+ deben hablar con el cuerpo académico para prevenir actos de discriminación, siendo objetivos, difícilmente el alumnado o profesores sabrán como debes ser nombrado o nombrada o que expresión de género es con la que las personas de la diversidad sexual se asumen.
Es importante recalcar que aun con reformas aprobadas como el reconocimiento de identidad de género en el Estado de México, es lógico pensar que se estará trabajando en los espacios educativos la identidad de las alumnas y los alumnos trans y el cómo trabajar en protocolos internos para prevenir la discriminación con miras al futuro.
La única institución educativa que ha cambiado la documentación de manera pública en el Estado de México fue la Universidad Autónoma del Estado de México a un alumno trans Aidan Uriel Matamoros Mata estudiante de Filosofía en el año 2016, quien al contar con su identidad reconocida en otro estado no había argumentos para no cambiarle sus documentos escolares.
Falta mucho para considerar aun los casos prácticos de las situaciones sociales y jurídicas sobre las personas no binarias que solicitan se les mencione o refiera con un pronombre neutro como “elle”, o en documentos básicos marcados en la categoría de genero con una “x” o “no binario”, en Latinoamérica el único país que ha legislado al respecto es Argentina y en Europa hay un puñado de países que ya permiten esta acotación en los documentos básicos.
Si bien figuras públicas en el mundo del deporte y del entreteniendo se comienzan hacer visibles como es el caso de Demy Lobato falta mucho para que se pueda considerar como un movimiento articulado para la obtención de derechos.
Sin duda vivimos otras realidades, pero costara que los derechos humanos que hoy se pelean se vean reflejados socialmente a corto plazo.
¡Nos leemos la próxima semana querido lector un abrazo!
Leo Espinoza, abogado, activista, conductor, político y orgullosamente gay.