En este Día Mundial de la Salud (7 de abril de 2022), la OMS hace un llamamiento urgente a los líderes y a todas las personas para que aceleren la adopción de medidas a fin de preservar y proteger la salud y mitigar la crisis climática como parte de la campaña «Nuestro planeta, nuestra salud», que conmemora la fundación de la Organización en un momento de agravamiento de los conflictos y la fragilidad.
Al emitir su llamamiento a la acción, la OMS señala que el 99 por ciento de las personas respiran aire insalubre, procedente principalmente de la quema de combustibles fósiles. Debido al calentamiento del planeta, los mosquitos propagan las enfermedades más lejos y más rápido que antes. Los fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y la escasez de agua provocan desplazamientos de personas y tienen efectos negativos sobre su salud. La contaminación y los plásticos llegan hasta los abismos más profundos de nuestros océanos, hasta la cima de las montañas más altas, y se han abierto paso en nuestra cadena alimentaria y en el torrente sanguíneo. Los sistemas que producen alimentos y bebidas altamente procesados y malsanos impulsan una ola de obesidad, provocan el aumento de los cánceres y las enfermedades cardíacas, y generan hasta un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo. Esta crisis sanitaria y social compromete la capacidad de las personas para tomar el control de su salud y su vida.
«La crisis climática es una crisis de la salud: las mismas opciones insostenibles que deterioran nuestro planeta están provocando la muerte de seres humanos», ha señalado el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus. «Necesitamos soluciones transformadoras para desenganchar al mundo de su adicción a los combustibles fósiles, reimaginar economías y sociedades centradas en el bienestar y salvaguardar la salud del planeta, del que depende la salud humana».
La pandemia de COVID-19 ha hecho visibles las fallas de la inequidad en todo el mundo, y ha puesto de relieve la urgencia de crear sociedades del bienestar sostenibles que no infrinjan los límites ecológicos y que garanticen que todas las personas tengan acceso a herramientas, sistemas, políticas y entornos que salven y mejoren la vida de las personas.
En el Manifiesto de la OMS para garantizar una recuperación de la COVID-19 saludable y respetuosa con el medio ambiente se prescribe que se proteja y preserve la naturaleza como fuente de salud humana; que se invierta en servicios esenciales, desde agua y saneamiento hasta energía limpia en los establecimientos de salud; que se garantice una transición energética rápida y saludable; que se fomenten los sistemas alimentarios saludables y sostenibles; que se construyan ciudades saludables y habitables; y que se deje de utilizar el dinero de los contribuyentes para financiar sectores contaminantes.
En la Carta de Ginebra en pro del Bienestar se subrayan los compromisos mundiales que es necesario asumir para lograr resultados sanitarios y sociales equitativos actualmente y para las generaciones futuras, sin destruir la salud de nuestro planeta.
Mediante la campaña del Día Mundial de la Salud, la OMS hace un llamamiento a los gobiernos, las organizaciones, las empresas y los ciudadanos para que compartan las medidas que están adoptando para proteger el planeta y la salud humana.