Luego de comenzar a consumir el suplemento Omega 5, las personas con Parkinson tienen la oportunidad de moverse más, no depender de los cuidadores, tener más agilidad mental y buen humor, señaló el presidente de la Asociación Mexicana de Parkinson, Juan Cortés, quien padece esa enfermedad.
«Antes yo era una persona muy tímida, neurótica, con insomnio, con falta de expectativas, no se me entendía bien (el habla), sin movimiento, torpe y tieso; la vida era más lenta cada vez», expresó.
«Después de un año con el Omega 5 me doy cuenta que me ha cambiado la vida; ya soy una persona más alegre, no tengo insomnio y ya se me entiende más el habla. Volví a hacer cosas que valían la pena todavía para mi vida”.
En ese contexto, aseguró que cuatro personas con Parkinson de la asociación que preside y que han consumido el Omega 5 han demostrado una mejoría, por lo que espera que pronto más enfermos puedan consumirlo.
Juan Cortés, quien fue diagnosticado hace cinco años con Parkinson, refirió que es un padecimiento neurodegenerativo que ocurre cuando las células nerviosas no producen suficiente cantidad de dopamina en el cerebro, sustancia que ayuda a controlar el movimiento muscular.
Detalló que actualmente en el país existen 500 mil personas con Parkinson, mientras que a nivel mundial el número asciende a cinco millones.
Estudios realizados por Ruth Gabizón, investigadora de la Universidad Médica Hebrea de Jerusalén, demostró que, si bien las enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson no son curables, el Omega 5 puede demorar el daño a las neuronas.
A partir de ello Gabriel Gutiérrez Ospina, especialista del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a partir del proyecto “Efecto neuroprotector del Omega 5 nanoemulsificado en un modelo experimental del Parkinsonismo”, llegó a la conclusión de que en efecto dicho suplemento ayuda a prevenir y a contrarrestar los síntomas de la enfermedad.