Por Juan Gabriel González Cruz
Viene la veda para ensuciar la elección
Arañando las paredes, pero llegamos al fin de las campañas electorales. Hoy concluyen los 90 días de proselitismo federal y los 35 días de activismo local. A partir del primer minuto de mañana jueves no más spots ni discursos, no más mítines ni acarreados, no más porras ni ocurrencias. Al carajo, por tres días, con los partidos y sus candidatos.
Dicen los contendientes y las autoridades electorales que los siguientes tres días de veda electoral servirán para la reflexión del sufragio, nada más burdo que eso, porque precisamente es a partir de mañana jueves cuando comienza la segunda etapa de la elección: la activación de las estructuras.
Ahora sí partidos y candidatos sacarán las despensas, repartirán dinero, comprarán al oponente, iniciarán el “panfleteo” de sus rivales, se darán en la torre donde quiera que se encuentren, se sembrarán delitos electorales y cuanta porquería de ocasión se les ocurra… Se asoma lo más sucio del proceso, al fin que las autoridades electorales aplicarán la de Carlos Salinas de Gortari: “no ven ni escuchan”. ¡Venga la cochina elección!
A unas horas de cerrar las campañas, el Estado de México se prepara para una nueva integración geopolítica. En lo federal, las coaliciones Todos por México (PRI-PVEM-PANAL), Por México al Frente (PAN-PRD-MC) y Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES) se disputarán la Presidencia de la República, tres escaños en el Senado y 41 diputaciones federales.
En lo local dos coaliciones Juntos Haremos Historia y Por el Estado de México al Frente, así como PRI, Partido Verde, Nueva Alianza y Vía Radical competirán por 75 escaños en la legislatura local (45 de mayoría y 30 de representación proporcional) y por 125 ayuntamientos. En total estarán en juego mil 682 cargos públicos en la entidad entre diputados, alcaldes, síndicos y regidores.
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
Pronóstico reservado…
Con los números de las últimas encuestas, la intensidad de las campañas, los dimes y diretes, las mutuas acusaciones y todo lo que envolvió el proselitismo local, habrá que poner atención a los municipios que son catalogados como prioritarios por el nivel de población, jerarquía política o por lo cerrado de la competencia al grado de estar en “pronóstico reservado”.
Toluca, por ser la capital del estado; Metepec, por ser la casa de la plusvalía política; Ecatepec, por ser el municipio con el mayor padrón electoral; Atlacomulco, por el simbolismo de la casta priista; Tejupilco por ser el epicentro del sur; por mencionar algunos.
El vaticinio de municipios cantados es muy corto: Texcoco, Huixquilucan, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Lerma, Acambay, Almoloya de Juárez y Chimalhuacán son de los pocos en los que se puede apostar al seguro ganador que básicamente sería continuidad.
Algunas demarcaciones donde la moneda está en el aire por ser elecciones parejeras o de tercios son: San Felipe del Progreso, cuya disputa está entre Morena y PRI; Ocoyoacac, entre el Morena, PRI y Movimiento Ciudadano; Tenancingo, entre el PRI y Morena; Tianguistenco, entre PRI y Partido Verde; Tlalnepantla, entre PRI y Morena; Izcalli, entre PRI y Morena; Atizapán, entre PAN y Morena; Tuiltitlán, entre PRD y Morena; Tultepec, entre PRD y Morena; Zinacantepec, entre Morena, PRI y PAN: Coacalco, entre PRD y Morena
Del lado de la disputa por el Congreso local es inevitable anticipar una nueva conformación de poderes en la Legislatura, la ruta sugerida es que en la siguiente soberanía no habrá un partido con mayoría absoluta ni simple, y la primera minoría se la estarían disputado PRI y Morena; muy abajo PAN y PRD; en posible crecimiento de curules el Partido Verde; PT, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza por la subsistencia; Vía Radical por la hazaña de mantener el registro.




