Redacción
Stephen Hawking, el renombrado físico teórico, aportó una última obra a la ciencia. El cosmólogo belga Thomas Hertog publicó esta contribución titulada «Sobre los orígenes del tiempo», un libro que propone una nueva forma de comprender el universo y la teoría del Big Bang.
Hertog y Hawking forjaron un sólido vínculo hace 25 años, cuando Hawking convocó a Hertog para colaborar en un proyecto de gran envergadura. La conexión entre ambos fue inmediata, según el cosmólogo belga. Juntos, dedicaron su esfuerzo a enmendar la obra «Una breve historia del tiempo», ya que Hawking percibió que la teoría inicial estaba redactada desde un punto de vista incorrecto.
En el curso de su colaboración, ambos investigadores detectaron una pieza clave que faltaba en la teoría del origen del universo. El problema residía en la concepción de Hawking del multiverso. Las teorías asociadas a esta idea intentaban describir la creación y la evolución del universo desde lo que Hawking consideraba una teoría del «ojo de Dios».
Sin embargo, Hertog sostuvo que dado que nos encontramos dentro del universo y no fuera de él, nuestras teorías no pueden distanciarse de nuestra perspectiva. Este hecho fue lo que condujo a la admisión del error de Hawking. Una vez reconocido este fallo metodológico, se propusieron a desarrollar una nueva teoría que incorporase el punto de vista del observador y que no fuese tan «perfecta». Para lograrlo, emplearon todos los conocimientos disponibles en la física cuántica.
Pese a que la comunicación con Hawking se volvió complicada cuando la máquina que usaba para expresarse comenzó a fallar, lograron superar esta dificultad y establecieron una comunicación basada en expresiones paralingüísticas. Según Hertog, el físico poseía un amplio abanico de expresiones faciales, que oscilaban entre la desaprobación y el entusiasmo. El científico belga señaló que resulta imposible distinguir qué partes de la teoría final provienen de Hawking y cuáles son suyas.
Lo que Hertog y Hawking pretendían demostrar es que la biología y la física son dos niveles de un gran proceso evolutivo. Esta afirmación surge de su hipótesis de que las leyes de la física evolucionaron al mismo ritmo y bajo condiciones similares a las del universo. Por esta razón, el título del libro alude a la obra de Charles Darwin «El origen de las especies».
Hertog consideró que las leyes de la física tienden a simplificarse y a desvanecerse hasta que la dimensión del tiempo se evapora. De esta manera, en lugar de concebir el Big Bang como una explosión seguida de un conjunto de normas ya existentes, estas leyes del universo se desarrollaron a la par que las de la física.
A pesar de que esta teoría podría ser ampliamente aceptada, Hertog admitió que es muy complicada de probar, puesto que los primeros años del universo permanecen ocultos tras la neblina que dejó el Big Bang. Los dos métodos para hacerlo serían estudiar las ondas gravitacionales, las ondulaciones en el espacio-tiempo, o utilizar hologramas cuánticos que auxilien en el proceso.
