- Molestia del gremio periodístico por plagio de su material y esfuerzo.
- Páginas de “pseudo periodismo” chacalean y cobran trabajo de reporteros.
- Urge un frente en defensa de la profesión; retomemos Ley de Periodistas.
- Pandemia pone a chambear a las instituciones de transparencia.
POR JUAN GABRIEL GONZÁLEZ CRUZ
En las últimas semanas el gremio periodístico del Valle de Toluca – el de verdad- ha denunciado públicamente el plagio o robo de su material textual y gráfico por parte de espacios digitales que no son más que “repetidores” de información. Páginas de Facebook y sitios web que sólo por llevar el título de “noticias” o el nombre de algún estado, municipio, pueblo o colonia se dicen indebidamente “medios de comunicación”.
No confundamos; no cualquier plataforma puede decirse ni presentarse como “Medio de Comunicación” por el simple hecho de difundir un acontecimiento del momento, pero cuyo equipo humano y material se reduce a un simple teléfono celular.
Sinvergüenzas y burdos. Hay quienes todavía le ponen marca de agua o firman los textos con el nombre de sus “consorcios” sabiendo que se “vuelan” el material de perfiles de periodistas, reporteros y medios legalmente constituidos.
El problema es mayúsculo cuando nos percatamos que esos “chacales” cobran por su cinismo y –lo peor- que instituciones de gobierno destinan recursos públicos para pagar lo hurtado… eso en sí, es un delito. Pueden lucrar con su nombre, la ética no es lo suyo; pero no costa del trabajo de otros. Cobrar por lo que transcriben o replican es toda una mediocridad.
Ser reportero y periodista es una profesión que implica riesgos a todas horas y todos los días; asumirse con el título de “medio de comunicación” amerita fuertes inversiones, años y trayectoria para sostener un nombre y una empresa.
Este columnista reitera su posicionamiento a favor de retomar la Ley de Periodistas que duerme el sueño de los justos en la Legislatura local y empezar por definir tres puntos: ¿qué somos?, ¿quiénes somos? y ¿cuántos somos?; periodistas, reporteros, comunicadores y/o informadores, debemos delimitar qué espacio ocupa cada uno en este noble y difícil ejercicio. Eso es lo importante, olvídense de fumadas como el dichoso “fideicomiso”.
El que escribe considera importante e inaplazable hacer un “frente en defensa del trabajo periodístico”, comenzando por denunciar y exhibir al momento cuando una plataforma o supuesto medio de comunicación haga suyo un trabajo que no le corresponde. Por supuesto y con datos precisos, ir ventilando quiénes están de tras de esas páginas de “pseudo periodismo”. Como dirían en mi cuadra… ¡ya estuvo!
CANCIÓN, DICHO O REFRÁN
Transparencia en la Nueva Normalidad…
Indican a esta columna que al iniciar la contingencia sanitaria por Covid-19, la instrucción del Gobernador Alfredo Del Mazo Maza fue clara: primero la salud, pero sin descuidar la transparencia y la rendición de cuentas. Desde entonces –se dice en los pasillos de Lerdo 300- el Secretario de la Contraloría, Javier Vargas Zempoaltecatl, tuvo que aplicarse y organizar el trabajo de los titulares de los órganos internos de control de las diferentes dependencias involucradas, para dar seguimiento a las casi mil adquisiciones que se han registrado, sin descuidar las medidas preventivas y salvaguardando la integridad de las personas servidoras públicas, gracias al uso de las nuevas tecnologías disponibles. Se trata de una labor ardua que implica lo mismo revisar contratos que amparan la compra de mascarillas o incluso, equipo tan especializado como ventiladores, cuya necesidad y urgencia no las exceptúa de cumplir con la norma en la materia. Pero además, todo el trabajo que está en curso se encuentra disponible en un micrositio desarrollado específicamente para informar y rendir cuentas de lo realizado durante la pandemia que, si bien no se creó de un día para otro, ha merecido el reconocimiento de los interesados en temas de datos abiertos y marca la pauta para otras entidades federativas. Nos advierten que el ejercicio permanente de inspecciones realizado bien puede derivar en posteriores auditorías específicas, a fin de eliminar cualquier indicio de irregularidad. Por lo que se comenta en el Estado de México tienen claro qué hacer y cómo hacerlo. Así sea.
Los olvidados…
En las últimas horas se registró una alta presencia de personal del DIFEM en cruceros y avenidas principales de los valles de México y Toluca. Son cuadrillas especiales conformadas por médicos y especialistas que entregan gel antibacterial, cubrebocas, alimentos y artículos de primera necesidad, además de revisan el estado físico, nutricional, familiar y económico de los niños y abuelitos “de la calle”. La indigencia y el trabajo informal sobre el asfalto ha sido un sector del que poco se ha habla y poco se ha atendido por las instituciones de gobierno durante la pandemia del COVID-19. Aunado a esto ayer se dio a conocer que los Centros de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad, los llamados C-5, tienen en sus filas a 32 personas con discapacidad, quienes se han sumado a la tarea de la seguridad a distancia. Bien.
