POR Marlene SOLANO
Las puertas a los negocios se abrieron y con ello la necesidad de gastar dinero, a pesar de que la alerta ante los contagios de COVID-19 sigue alto en el Estado de México y Toluca. Tal es el caso del mercado que lleva por nombre “La Pulga” en la capital mexiquense, que con todas las medidas sanitarias dio acceso a multitud de gente que desafió a la pandemia, pues ignoraron las medidas sanitarias.
La pulga brincó y se saturó este fin de semana. Las familias completas asistieron a realizar comprar pero olvidaron la sana distancia.
En un recorrido que 8 Columnas realizó en el lugar, durante una hora se pudo observar que para entrar tenían que hacer una fila, entre otras cosas para tomarles la temperatura y brindarles gel antibacterial, aunque no todos lo aceptaban.
Niños y algunos adultos vagaban por el lugar sin un cubrebocas, ni ninguna otra protección a pesar de que en la entrada se les daban instrucciones para el cuidado de su salud por medio de una pancarta.
“La gente satura el establecimiento y aunque hay dos accesos, las personas no acatan indicaciones y al contrario se molestan y comienzan a crear el desorden”, estas fueron palabras de Don Chuy, uno de los encargados de dar acceso al lugar con el que se pudo tener una charla.
Cada uno de los puestos cuenta con gel para las manos y aun teniendo anuncios con las indicaciones de mantener la sana distancia, la multitud hacía caso omiso a ellas, pues había más de 5 personas en cada paraje.
En los puestos de alimentos y principalmente en los de venta de cerveza, los consumidores abundaban. La ansiedad por comer y tomar algo dentro del mercado pudo más que la prudencia del cuidado de la salud.
Gente amontonándose por la compra de la ropa y calzado, así como herramientas y accesorios, queriendo ser de los primeros por obtener sus compras, no tuvieron la sensatez de mantener su distancia entre una persona y otra.
Unos minutos bastaron para ver el desorden que la población está causando y sin seguir las indicaciones que las autoridades sanitarias y han recomendado, saturando cada callejón del mercado para poder comprar ropa, calzado, herramienta o incluso alimentos.