POR Sergio MACEDO GONZÁLEZ
El uso de la bicicleta como medio de transporte se ha incrementado considerablemente en los últimos años, sobre todo en las ciudades, ya que se trata de un vehículo de fácil movilidad en el tránsito citadino, además de ecológico, saludable, divertido y con un costo de mantenimiento bajo. Sin embargo, el no adoptar medidas de seguridad al momento de pedalear, como el uso de casco, aunado a una incipiente cultura vial por parte de conductores, además de una deficiente y en algunos casos inexistente infraestructura urbana adecuada, así como un alto porcentaje de impunidad para castigar los atropellamientos, hace que diariamente miles de ciclistas salgan a jugarse la vida en las calles de la entidad.
A pesar de las ventajas de movilidad que ofrece la bicicleta, en el Valle de Toluca las autoridades mexiquenses y municipales no logran concretar un proyecto eficiente para dotar a las demarcaciones de infraestructura urbana apropiada para la circulación segura de los vehículos de propulsión humana, acciones que sin duda contribuirían a reducir el número de muertes de ciclistas, principalmente a manos de operadores del servicio público.
Es un hecho que la construcción de ciclovías, la consolidación de un sistema público de bicicletas, mejoras en la procuración de justicia para investigar y sancionar las muertes por atropellamiento o poner en marcha una campaña de concientización de respeto al ciclista no son temas prioritarios para la agenda pública. Por lo tanto, el cuidado y seguridad al rodar es responsabilidad de los usuarios de este medio de transporte.
Para reducir las probabilidades de ser victima de un accidente al conducir una bicicleta, ya sea en la ciudad o en el campo, es necesario implementar una serie de medidas que podrían salvar la vida o evitar una lesión grave en caso de caída, entre ellas el uso de casco, ropa de colores llamativos, respeto del reglamento de tránsito, no competir por los espacios con peatones y automovilistas, entre otras que a continuación detallaremos.
Antes de emprender la marcha en dos ruedas se debe realizar una revisión minuciosa de las condiciones físicas y mecánicas de la bicicleta a fin de detectar fallas y corregirlas de inmediato o llevarla con un especialista, posteriormente realizar ajustes de asiento y manubrio para prevenir malas posturas.
Una vez que la bicicleta se encuentra en óptimas condiciones, el conductor debe colocarse casco, guantes, chaleco reflejante, lentes protectores, sobre todo usar un calzado adecuado para evitar que el pie se desplace de los pedales, en caso de circular de noche el vehículo debe portar una luz roja en la parte trasera y blanca al frente, para que los automovilistas perciban al ciclista a una distancia pertinente.
Ciertamente el uso del casco no goza de buena aceptación entre los ciclistas ocasionales y recreativos, se cree que se trata de un gasto innecesario, un aditamento sin importancia cuyo único objetivo es estropear el peinado, sin embargo, en caso de caída puede evitar un daño irreversible, incluso la perdida de la vida; los hay de muchos formas, colores y precios, lo importante es colocarlo adecuadamente, sin gorra ni ningún otro artículo debajo, de lo contario su efecto protector disminuirá considerablemente.
Lo ideal es no rodar por avenidas con alto flujo vehicular, sin embargo, si eso no es posible se deberán extremar precauciones, en todo momento ir atento a los movimientos de autos y camiones, por lo que el uso de audífonos y teléfono celular debe restringirse, así como objetos que obstruyan la visibilidad o carga que impida agarrar el manubrio con las dos manos, evitar conducir en sentido contrario al arroyo vehicular, por ningún motivo utilizar la banqueta como camino, ese espacio es exclusivo de peatones.
Los ciclistas nunca deberán intentar ganar el paso a vehículos automotores, en los cruces con semáforo colocarse delante de los automóviles para hacerse visibles, no rodar por carriles de alta velocidad, siempre anunciar con las manos cambios de sentido o alto total, prohibido engancharse a otros coches a menos que haya tránsito detenido, y sea para colocarse en un área de espera.
Estas solo son algunas recomendaciones para conducir una bicicleta de forma segura por la ciudad, no importa si se utiliza para ir a la tienda de la esquina o se recorren varios kilómetros semanales, hay que hacerlo de manera responsable para no convertirse en una víctima más del transporte público. Para conocer un poco más sobre el manejo de la bicicleta, en la región existen diversas asociaciones civiles dedicadas a la promoción de esta alternativa de movilidad, con quienes se puede obtener más información al respecto, una de las más conocidas es la Fundación Tláloc, o el Club de Exploraciones de México sección Toluca, que desde hace varios años imparte cursos de ciclismo de montaña.