POR Alfonso FAURE
No hace falta ser un gran analista o en gurú de la industria automotriz para anticipar que en el año 2020 la venta de autos nuevos en México se redujo en comparación con el 2019. La cifra, aunque no tan sorprendente, sigue siendo importante y refleja lo que se vive en la actualidad en México con respecto a los diferentes cierres de la economía y la contingencia de salud. Lo que reporta el INEGI es que en todo el país se vendieron un total de 949,353 unidades lo que representa una disminución del 28% con respecto al 2019; siendo una peor reducción anual que la del 2009 y la peor desde 1995 cuando las ventas cayeron 61.8%. Hace un año, nos alarmábamos cuando se reportó que en 2019 se vendieron 1,317,727 vehículos nuevos, registrando una caída del 7.7% convirtiendo a esa cifra en la peor desde la crisis desde el 2009; pero nadie se espera lo que venía y mucho menos vender menos de un millón de unidades. El 2019 también significó el tercer año consecutivo, convirtiendo al 2020 en el cuarto, con caídas en las ventas después de que en el 2016 se rompiera el récord con las mayores ventas en un año, al colocar 1,603,672 automóviles nuevos.
Hablando de la producción, como era de esperarse, estos números también cayeron, aunque un poco menos. En este caso, la producción de enero a diciembre disminuyó 20.2% con respecto al mismo periodo del 2019 al ensamblarse 3,040,178 automotores en total; sin embargo, durante diciembre se ensamblaron 254,251 vehículos ligeros lo que significó un incremento del 18.4% con respecto a diciembre del 2019.
Estos números reflejan que el sector de la manufactura automotriz se ha fortalecido al cierre del año; después de que en abril hayan cerrado prácticamente todas las fábricas, solo con Kia y Ford reportando producción de 3,704 y 18 unidades respectivamente. Aunque, es necesario que tanto las autoridades, como las empresas y los colaboradores, mantengamos las medidas de prevención y salud para operar lo más seguro posible y así seguir exportando al mundo la manufactura mexicana.
De los poco más de 3 millones de vehículos producidos en el país, el 88.2% son exportados y de éstos, el 85.8% lo acapara el mercado de Norteamérica, ósea Estados Unidos y Canadá (Para que revisen esto los escépticos del T-MEC). Esto nos refleja no solo lo obvio, sino lo necesario, que la economía de México depende de la economía americana muy fuertemente y que la recuperación en el corto plazo dependerá de que tantos estímulos reciban los del vecino de arriba y comiencen a gastar. Pero, por otro lado, no podemos dejar todos los huevos en una sola canasta y debemos fortalecer las herramientas que hagan que Mexico exporte a más lugares y a otros mercados: mejorar la seguridad de trenes y puertos, incrementar la inversión en infraestructura y (¡Por el amor de Dios!) dejar de cancelar aeropuertos y plantas.
Finalmente, los números de la industria automotriz son solo un reflejo de la economía de las caídas que ha sufrido la economía mexicana en el 2020, aunque no ha sido tan golpeada como la industria hotelera, restaurantera y de la hospitalidad. Lo positivo, es que la digitalización se ha adelantado y así los procesos de compra han mejorado muchísimo, los auto shows virtuales han servido como presentación de nuevos modelos y los procesos industriales han tenido que reinventarse para mantener las operaciones minimizando el riesgo de los colaboradores. Ojalá que las facilidades para comprar, la calidad en la manufactura, los créditos bajos y la mejor atención al cliente se mantengan para que en este año, el país se pueda recuperar poco a poco, con un mínimo del 4% tal y como lo prevé el Fondo Monetario Internacional.