martes, noviembre 26, 2024
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¿REALMENTE LO PRIMERO SON LOS POBRES?- JOSÉ MANZUR LIZÁRRAGA

Por José Manzur Lizárraga. 

josemanzurl@gmail.com

¿Realmente son primero los pobres?

El pasado 5 de agosto, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), institución encargada de medir la pobreza en México, dio a conocer sus cifras en materia de carencias sociales a nivel nacional. Mismas que analizaron el devenir de los primeros dos años del actual gobierno federal. Si bien es cierto que las cifras no se esperaban del todo alentadoras, dada la muy compleja situación sanitaria y económica a nivel mundial, estas fueron alarmantemente negativas en comparación a otros países con los que compartimos similitudes en materia demográfica, política y social.

La pobreza en México se mide utilizando diversas variables como lo son el ingreso monetario per se, y carencias de índole social como accesos a servicios de salud, seguridad social, servicios públicos (agua, luz, drenaje), cifras en materia de rezago educativo, vivienda digna y el acceso a una alimentación de calidad. Para ser pobre en México basta con tener un ingreso mensual por debajo de la línea de bienestar ($3,383 pesos mensuales), sin importar la cantidad de carencias sociales que posea una persona en el caso de que las tenga. Por el contrario, la pobreza extrema como su nombre lo indica, es la situación más compleja y precaria en la que puede vivir una persona, y esta condición se manifiesta cuando el ingreso percibido por un jefe de familia es menor al mínimo necesario para poder alimentarse ($1,745 pesos mensuales), y además sufre de tres o más carencias de las previamente mencionadas; por lo que a esta condición no se le puede llamar vivencia, sino subsistencia.

Contrario a lo que muchas personas piensan, la pobreza no sólo se limita a deficiencias salariales y bajos ingresos en un importante sector de la sociedad, sino que también toma en cuenta el nivel y calidad de vida de las personas. Así como los servicios públicos a los que tienen acceso. El salario mínimo por mandato constitucional, debería permitir a un jefe de familia dotar los bienes necesarios para poder vivir dignamente en su hogar; sin embargo, desde hace décadas se ha comprobado que este se encuentra lejos de cumplir su cometido. Ahora analicemos cómo han cambiado las cifras en materia de pobreza desde el año 2018.

Según cifras del CONEVAL, a finales del 2018 existían 51.9 millones de pobres a nivel nacional, de los cuales 8.7 millones se encontraban viviendo en condiciones de pobreza extrema. Por otra parte, a finales del 2020 la cifra de personas viviendo en situación de pobreza aumentó a 55.7 millones, de los cuales 10.8 millones subsisten en pobreza extrema. Por lo tanto, desde que esta administración tomó las riendas del país la pobreza ha aumentado en 7.3% a nivel nacional. Esto implica que hasta finales del año pasado, sin tomar en cuenta el año corriente (2021) había en México 3.8 millones de personas que transitaron de ser clase media a pobres, equivalente a llenar 44 veces el Estadio Azteca a su máxima capacidad.

Si bien es cierto que la pobreza a nivel nacional no es un problema reciente, esta se venía atacando y disminuyendo lentamente desde hace décadas mediante la implementación de programas sociales. Mismos que se crearon e implementaron bajo la época neoliberal del Presidente Salinas de Gortari (PRONASOL) y al que todas las administraciones posteriores e inclusive esta, le han venido dando seguimiento. Cabe mencionar que el actual gobierno de la 4T ha aumentado el gasto social en un 12% desde su llegada, aumento equivalente a 26 mil millones de pesos; sin embargo, los resultados en materia de pobreza y movilidad social distan mucho de ser los deseados e inclusive son contra-intuitivos considerando la gran alza presupuestal que en teoría debería llegar a los menos favorecidos.

Desde el inicio de la pandemia se hizo énfasis en este espacio de lo importante que era apoyar mediante instrumentos fiscales a las 4.5 millones de micro, pequeñas y medianas empresas que en aquel momento empleaban a 18 millones de mexicanos y que en su mayoría hoy se encuentran cerradas, generando así que muchos de sus empleados  que vivían al día, probablemente hoy se encuentren en condiciones de pobreza. Por tanto, si algo debemos tener claro a estas alturas, es que la pobreza no se combate con dádivas, ni regalando dinero a manos llenas; sino generando las condiciones propicias (empleo, crecimiento económico, inversión) para que los individuos sean capaces de superarse por si mismos.

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