La pandemia motivó a Leonardo Botello a emprender e innovar.
Por Alelhi Rodríguez
De pasajeros a comensales, son los que abordan el minibús de Leonardo Botello, quienes se deleitan del menú de su cafetería, que adaptó en este medio de transporte luego de la crisis de la COVID-19.
Sobre la carretera Toluca-Almoloya de Juárez, a la altura del Fraccionamiento La Loma II, este emprendedor, originario de la Ciudad de México que desde hace seis años habita en este municipio mexiquense, decidió innovar con un negocio fuera de lo común.
Así que implementó una cafetería al interior de una micro; luces fluorescentes, un mostrador, así como una barra para la preparación de sus bebidas forman parte del escenario en este lugar.
Quienes toman los escalones y puerta de este lugar, pueden degustar de un menú de bebidas frías o calientes, según sea el gusto del cliente. “Tenemos café, chocolate, frappés, malteadas, refrescos preparados, piñas coladas y medias de seda sin alcohol”.
Este chilango cuenta que, hasta antes de la pandemia, su fuente de ingresos era la renta y venta de instrumentos musicales, que tuvo que pausarse luego de la suspensión de eventos masivos. “Digamos que sobrellevaba la economía con ese negocio”.
Posteriormente adquirió un autobús más grande que este para vender comida, del que no obtuvo el resultado esperado; así que con una cafetería decidió arriesgarse desde hace aproximadamente un mes, en un minibús.
Asegura que el diseño de su negocio atrae a muchos clientes durante la noche, debido a las luces que ha adecuado, sin embargo, confía en que este sea el negocio que lo haga salir adelante después de una racha, dice, tan negativa para su bolsillo.