«Además de estrés, el Covid también provocó sobrepeso y trastornos en el sueño»
Por Guadalupe de la Cruz
Cuauhtémoc Leonardo Hernández Perales, especialista de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México, refirió que la pandemia de Covid-19 ha dejado consecuencias severas en la salud del ser humano, pero también ha traído consigo nuevos aprendizajes.
El especialista comentó que al ser algo nuevo (el virus) con incertidumbre del futuro, de la salud y de la economía, lo que principalmente ha ido dejando a su paso es el estrés, teniendo como consecuencia depresión, trastornos del sueño, trastornos alimenticios, violencia familiar y desempleo.
“Pero el Coronavirus también ha dejado cosas positivas, como nuevas formas de enseñanza, nos ha dado medidas de seguridad para disminuir enfermedades respiratorias y hemos aprendido a vivir con este nuevo virus, que llegó para quedarse y que, gracias a la vacunación, ha ido disminuyendo la gravedad de los enfermos”, mencionó.
Hernández Perales dijo que el sedentarismo es uno de los problemas que más presentan las personas actualmente, ya que al no realizar actividad física ocasiona que haya un incremento de peso en todos los sectores de la población, “se incrementó la ingesta calórica por ansiedad, hubo un mayor consumo de carbohidratos y azúcares añadidos, favoreciendo el incremento de peso”.
“También se registraron trastornos del sueño, principalmente el insomnio por el uso de dispositivos electrónicos al tener que trabajar en horarios extendidos, así como el uso de videojuegos en los niños y de televisión; sumadas a las propias de la enfermedad, que consisten en fatiga crónica, debilidad muscular, rigidez articular, problemas gastrointestinales como diarrea y vómito, depresión, ansiedad”, indicó.
El especialista mencionó que el principal factor para tener trastornos del sueño, es a través de una alteración en el ciclo circadiano (ciclo sueño-vigilia) ocasionado por tener sueño durante el día, y no poder conciliar el sueño por la noche, lo que ocasiona una baja productividad en las labores escolares y del empleo.
Y para poder contar con un mejor descanso durante la noche se debe tener una higiene de sueño que consiste en tener una rutina diaria, es decir, procurar dormir a la misma hora todos los días. Los adultos mayores deben dormir de 5 a 6 horas, los adultos en edad productiva de 7 a 8 y los niños de 11 a 12 horas, procurar tener una alimentación baja en calorías 2 horas antes de dormir, evitar hacer ejercicio 4 horas antes de dormir, evitar tomar café 6 horas antes de dormir, utilizar la cama solo para dormir y no para trabajar ni ver televisión, procurar tener la habitación lo más oscura posible, sin ruido y evitar dispositivos electrónicos al menos 2 horas antes de dormir.