Por: Daniel Peña
Ha sido un viaje de 22 temporadas que llegó a tierra finalmente y me pone a pensar que de ahora en adelante veremos la NFL sin Tom Brady; se escucha raro después de tantos años y, sobre todo, porque no pudo pasar desapercibido, acostumbró a los fanáticos, los medios y la liga a su protagonismo.
Esperado, especulado retiro, con un sentimiento de negación a que fuera oficial, a que llegara el día; muy similar a su salida de Nueva Inglaterra hace 2 años, a su modo. Con una tremenda respuesta de la liga, jugadores, exjugadores, incluso del mundo externo del fútbol americano.
Se puede decir que en lo más grande del deporte existe una lista de personajes que han alcanzado niveles altos en sus disciplinas, pero hay una conversación aparte entre él y Michael Jordan, y es porque cambiaron el ‘juego’, una frase que lo describe todo.
Me vienen a la mente tantos juegos que como aficionado a los New England Patriots veía perdidos y, al final, de manera espectacular y al borde del asiento, definió para hacer posible lo imposible, es un sentimiento de asombro que existe en dos generaciones, en dos deportes distintos, los que vieron en los 90 a su majestad aérea y los que vimos en los 2000 a “The GOAT”.
Nunca ante cualquier circunstancia, posesión o tiempo en el reloj podías dar por acabado a Tom Brady y su equipo, es por esa mentalidad que se define a este jugador que consiguió 7 anillos de Super Bowl, el último con un equipo diferente en su primera temporada, en una conferencia distinta y a los 43 años, cuando se le decía acabado. Nombrado 5 veces MVP del Super Bowl y 3 veces MVP de la liga, seleccionado en 15 ocasiones al Pro Bowl y con un récord ganador, mejor pasador y más touchdowns por aire.
Ahora es momento de dejar ir, no volverá a existir un Tom Brady jamás; del suplente del suplente al mejor de todos los tiempos.