Por Guadalupe de la Cruz
La muerte es un proceso natural de cada ser humano, sin embargo, no todos están preparados para enfrentar el proceso de la vida que normalmente se traduce en nacer, crecer y morir.
La pérdida de un familiar, que en la mayoría de las ocasiones se traduce en dolor, para los familiares y amigos de quien ha dejado este mundo terrenal parece un motivo de fiesta, debido a que se organizan para brindar de comer a quienes acuden acompañar al finado en su último trayecto a lo que será su casa de descanso.
Hay familias que han enfrentado la pérdida de más de tres integrantes de forma seguida, lo que deja a su paso además de dolor y llanto, enfermedades que anteriormente no se habían manifestado pero debido a la gravedad de las circunstancias, brotan sin avisar.
La muerte del padre, la madre, del hijo, del tío, el abuelo o sobrinos, son irreparables, pero además son cuestiones que los seres humanos procesan de diferente forma, lo que desencadena con el tiempo enfermedades que desgastan a quienes las padecen como a los familiares.
LA PÉRDIDA
La tanatóloga Yadira Martínez recomienda que ante una eventualidad de tal magnitud por la pérdida de un ser querido, los deudos deben vivir su duelo en toda la expresión de la palabra, es decir, llorar y sacar todo el sentimiento que provoca la muerte de un padre, madre, hijo, etc., “de no hacerlo los sentimientos que se guardan de alguna u otra forma saldrán pero manifestados en enfermedades, parálisis, etc”.
“Debemos aprender a soltar, a dejar ir, a fluir, es difícil, pero no imposible, hay que entender que las personas que fallecen, ya no sufren sino que se encuentran en plano mejor que el nuestro y con ese consuelo debemos de quedarnos para poder avanzar de manera positiva y evitar presencia de enfermedades”, mencionó.
La especialista mencionó que con la pandemia las consultas de familiares de alguna víctima del Covid se elevaron en un 50 por ciento, aun cuando mucha gente cree que no necesita ayuda para pasar el proceso de la pérdida, hay quienes sí acuden con un especialista para poder seguir en este camino llamado vida.
ESTRAGOS
Después de pasar el trago amargo por parte de una familia al saber que uno de los pilares de su familia se fue, lo que sigue es revisar qué deudas económicas dejó la persona fallecida o en su defecto los bienes y cómo serán administrados.
Los integrantes del núcleo familiar tendrán que resolver de la forma que corresponda las situaciones que se presenten, pues en ocasiones los fallecidos dejan sus bienes intestados porque no previeron la situación de muerte.
Entonces empezarán los problemas legales para saber los deudos cómo podrán acceder a los bienes de las personas que fallecieron, en el caso de padre o madre.
SITUACIÓN JURÍDICA
El abogado Julio García Cruz refirió que cuando una persona muere intestado, es decir, sin haber realizado un testamento donde hereda sus bienes a los integrantes de su familia, estos, tendrán que enfrentar un juicio de posesión, para que uno sea el albacea del resto de la familia. De estar todos de acuerdo el juicio puede resolverse en el menor tiempo posible, pero de lo contrario se lleva más de un año hasta que los interesados sean o lleguen a un acuerdo.
“Desafortunadamente durante la pandemia de Covid se vieron muchos casos donde los deudos no tenía mayor problema y resolvían la situación jurídica en menos de un año, sin embargo, hubo muchas familias que al no estar uno de acuerdo, los juicios se prolongaron más de un año e incluso hay muchos que hasta el momento no se resuelven”, comentó.
De igual forma comentó que para evitar trámites burocráticos y la inversión de dinero en la promoción de un juicio testamentario lo ideal es que los dueños de propiedades hereden en vida y se eviten problemas futuro
ENFERMEDADES
Una vez que los deudos sepultaron a su familiar y que hasta cierto punto han resuelto los problemas que pudiera haber dejado la persona finada, empiezan a surgir las consecuencias de no poder aguantar o soportar el dolor que deja la pérdida de un padre, una madre o un hijo, es decir, la salud también empieza a mermar.
Enfermedades crónico degenerativas como la diabetes aparecen en alguno de los miembros; otro que ya la tenía dicho padecimiento sufren de parálisis facial; a otro la presión arterial le baja, y otro más empieza a sufrir problemas en la piel, además de todo se le suma la depresión que cada uno puede presentar de acuerdo a su capacidad para procesar la pérdida.
MÉDICOS
José Ramón Juarez, médico general indicó que las emociones que los seres humanos se guardan a la larga pueden desencadenar enfermedades que antes no tenían en su cuerpo, “hay que hablar con los pacientes de la realidad que también experimenta su cuerpo, pues ha veces reprimen sentimientos que deben salir y al no ser dejarlos fluir desencadenan muchas dificultades con el tiempo”.
“En mi experiencia como médico y con ser humano me he dao cuenta que muchos de los hombres y mujeres por tratar de hacerse los fuertes y no dejar salir lo que sienten padecen enfermedades como la diabetes, presión arterial e incluso han sufrido infartos y ni cuenta se han dado; lo que provoca que tengan que visitar al doctor y realizar un sin fin de estudios para determinar la causa de su padecimiento”, señaló.
Por su parte el cardiólogo Diego Reyes, indicó que muchas veces llegan a su consultorio pacientes con problemas del corazón, con insuficiencia cardia, quienes en su mayoría al ser visados no sabían que han presentado pre infartos, o que debido a su presión arterial o diabetes la sangre no llega de igual forma al corazón.
“Es muy común que lleguen pacientes que a realizar solo una revisión de rutina su diagnóstico presente pequeñas alteraciones en el miocardio, por lo que de forma inmediata son canalizados para realizar estudios más a fondo y saber con exactitud qué tratamiento seguir”, mencionó.
DESPEDIDA
Al no poder hacer nada por sus seres queridos, los cuestionamientos y explicaciones salen sobrando, por lo que toca es seguir adelante y darle sepultura a sus familiares que envida desearon tener un descanso sin contratiempos y apegado a las costumbres de su pueblo de origen.
Es decir con: rezos, comida, flores, copal, acompañados de todas las personas que en vida los conocieron, a fin de que lo acompañen hasta su última morada.