viernes, noviembre 22, 2024
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Entre Comillas · Alberto Abrego

FELICIDAD UNA VEZ AL AÑO

“En cada niño se debería poner un cartel que dijera: tratar con cuidado, contiene sueños”

Mirko Badiale, escritor y filósofo italiano

“No hay un motivo para celebrar el Día del Niño, quiere decir, taparnos los ojos como sociedad y como autoridades frente a lo que viven los niños”

Tania Ramírez, Directora de REDIM

 

El pasado 30 de abril en el marco del Día del Niño, la mayoría de alcaldes, presidentes municipales, algunos diputados y hasta organizaciones civiles regalaron juguetes a los niños de su zona, de su área o de su clientela electoral.

Una vez al año todos se acuerdan de los niños, con emotivos discursos, abrazos y miles de juguetes condicionados que a pesar de todo, tienen el poder de arrancar sonrisas inocentes y lograr un poco de felicidad.

Esto sucede cada 30 de abril. ¡Una vez al año!

Mientras tanto, las cifras de abuso y maltrato infantil crecen a diario por todo el territorio nacional. La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) documenta un promedio de 7 homicidios diarios contra niños. Tan solo en los últimos cuatro años se han registrado alrededor de 10 500 asesinatos a menores de edad.

Datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) indican que en el mundo, México es el segundo país con mayor número de agresiones contra niños. Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud advierte que uno de cada dos menores entre 2 y 17 años de edad padece algún tipo de violencia.

Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública detallan que en el 2021 se registraron máximos históricos en violencia familiar y más de 27 mil menores fueron víctimas de algún delito en el país; mientras que estadísticas publicadas por el Instituto nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelaron que en 2022, la violencia que mayor prevalece contra los infantes es la psicológica, con el 51.6 por ciento, seguida por la violencia sexual con el 49.7 por ciento y la física con el 34.7 por ciento. En tanto, datos que son públicos muestran que México está identificado a nivel mundial como el segundo lugar en turismo sexual infantil, con cifras estimadas de más de 20 mil niños obligados a la prostitución.

El maltrato, el abuso físico y el abandono constituyen en la actualidad los principales problemas de los menores en la sociedad; el problema es universal y es un fenómeno que está invisibilizado. La estadística oficial y la que registran Organizaciones No Gubernamentales son solamente de los casos que trascienden, pero decenas de miles de niños sufren en silencio el maltrato a veces de los mismos padres, y violaciones a sus derechos humanos y abusos sexuales por parte de familiares, religiosos, vecinos o delincuencia organizada.

Las máscaras de los abusadores son muchas y están llenas de una perversidad y crueldad sin límites, la impunidad se impone en la mayoría de los casos, porque las secuelas son salvajes, y las condenas escasas.

Lamentablemente, la violencia infantil en todos sus ámbitos desborda ya los límites imaginables. Nuestras instituciones están lejos de garantizar la seguridad para los niños del país. La mayoría de nuestros gobernantes no entiende que la mejor forma de celebrarlos no es con juguetes, discursos bonitos, piñatas o con pasteles, sino transformando sus realidades, defendiendo sus derechos y ofreciéndoles lo que todo niño necesita: seguridad, amor y respeto.

¿Qué futuro les estamos construyendo si están siendo violentados, abusados y explotados, cuando deberían estar jugando, divirtiéndose, aprendiendo, creciendo y preparándose para ser el futuro de nuestro país?, ¿qué le espera a nuestra sociedad si sus futuros dirigentes crecerán con maltratos, traumas y resentimientos?

Gran parte de nuestros problemas actuales y de algunos malos gobernantes es porque en su infancia generaron rencores y sentimientos hostiles y revanchistas. Cada golpe o maltrato que demos a un niño se traducirá en un adulto que no tuvo una infancia feliz, y si ese niño llegara a ser gobernante, tal vez cada 30 de abril regalaría cientos de juguetes y los restantes 364 días se refugiaría en una perversa indiferencia, y cómplice de la impunidad que hoy reina en nuestro país, y que produce cientos de miles de infancias y sueños destruidos.

El 30 de abril solo les sirve a la mayoría de nuestros funcionarios para llevar agua a su molino o a su grupo político. En estos tiempos electorales, regalar juguetes y pasteles es un recurso interesado y electorero. Finalmente, les sale más barato regalar juguetes que justicia y seguridad, sobre todo si es con recursos públicos.

RÁPIDAS MEXIQUENSES. Tlalnepantla de Baz se ha caracterizado durante los últimos años por problemas de tráfico vehicular, incluso más severos que en municipios vecinos, como Naucalpan, Atizapán, Cuautitlán o Tultitlán.

El problema es muy común en toda la zona metropolitana, pero se acentúa más cuando los elementos policíacos encargados de realizar las maniobras para agilizar las vialidades prefieren parquearse cómodamente degustando su consabida “guajolota” mientras los automovilistas sufren del tránsito demencial.

Quejas ciudadanas señalan que vialidades importantes como Gustavo Baz, Mario Colín, Avenida de los Maestros, Periférico y Benito Juárez se convierten en verdaderos estacionamientos durante horas sin que ninguna autoridad de tránsito agilice la circulación.

Algo tendrán que hacer el Comisario General de Seguridad Pública y Tránsito, Arturo Centeno y el Presidente Municipal, Marco Antonio Rodríguez para meter al orden a su personal, para que por lo menos eviten que el servicio público de pasajeros haga paradas en doble o triple fila, o algunos automovilistas se estacionen en vías rápidas agravando aún más el tráfico vehicular. Que agilicen la circulación, que vigilen a los transportistas de carga para que no obstruyan vialidades. ¡Que se pongan a trabajar!

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