¿QUÉ QUIEREN REALMENTE LAS IMÁGENES?
¿Qué quieren realmente las imágenes? Según W. J. T. Mitchell, referente
fundamental del panorama de los estudios visuales, no debemos considerar las
imágenes sólo como objetos inertes que transmiten significado, sino como entes
animados con deseos, necesidades, anhelos, exigencias e instintos propios.
Esto expone que debemos considerar a las imágenes como objetos vivientes con
relación entre la representación visual y verbal, un punto interesante ya que en la
sociedad moderna vivimos en el mundo de las imágenes y tienen mayor influencia
de lo que creemos sobre nosotros e incluso en nuestras decisiones.
El misterio de la imagen como este ser inanimado podría tener intenciones y
deseos. Esto levanta incógnitas sobre si es correcto, si es algo normal o incluso si
es algo que debería preocuparnos siquiera considerarlo. ¿Estaremos locos por
pensar si los deseos de las imágenes merecen ser tomadas en consideración? tal
vez sí, pero, no nos importa porque lo justificamos con el hecho de que las
generaciones pasadas también se lo plantearon. Tal vez queremos sobresalir de
los demás y pensar lo que nadie está pensando. Pero, si no le tomamos
importancia a los prejuicios y no indagamos tanto sobre qué es mentalmente sano
podremos abrir nuestras mentes a la relación entre imágenes y minorías.
Ante esto podemos comprender que “Las imágenes son cosas que han sido
marcadas con el estigma de la personalidad: exhiben cuerpos tanto físicos como
virtuales; ellas hablan con nosotros, a veces literalmente” — W.J.T. Mitchell
Por lo anterior surge una imperiosa necesidad de analizar, de forma rigurosa y
diferente, el ámbito de la imagen y la visualidad, la interacción entre lo visible y lo
legible.
Además de considerar uno de los desafíos más importante de los últimos años a
la idea de que las imágenes son simplemente “signos” en busca de interpretación,
análisis o comentario. Lo que las imágenes quieren de nosotros es mucho más
que eso.
Es nuestra tarea como críticos culturales la desmitificación de estas imágenes
para aplastar a los ídolos modernos, y exponer los fetiches que esclavizan a la
gente.
En mi opinión el que no cree en la propia personalidad de las imágenes corre un
riesgo mayor de aquel que si cree ya que se verá mucho más influenciado en su
vida cotidiana por ellas.
Las imágenes solo quieren superioridad sobre el espectador. El poder que desean
tener ellas, la raza negra, las mujeres, y todos los que se te pueden venir a la
mente que pertenezcan a esta lista nace de la falta. Tal vez, podríamos empezar a
otorgarle nuestra atención y nuestro respeto a todos y todo para que a nadie le
falte.
Tal vez, eso es lo que quieren las imágenes: obtener poder y atención incluso
donde no se encuentra y al mismo tiempo nos están dando una lección sobre
cómo hay personas que han luchado por ella desde tiempos remotos, pero ha
llegado a tal punto que es deteriorado y visto en forma de racismo, discriminación
de género, violencia, etc. Todo merece ser admirado, todo merece ser digno de
transmitir un mensaje y de saber que ese mensaje ha sido recibido y ha
impactado.