Ya empezó la tercera estación del año en nuestro hemisferio norte y presentará
varios cambios que impactarán directamente en el clima. En México culminó el
verano para dar inicio a otra de las estaciones más importantes del año: el
“Equinoccio de Otoño”, época que se caracteriza por la caída de las hojas de los
árboles, los paisajes ocres, por los días más cortos y más fríos, y la antesala para
el día de muertos.
"Renovarse o morir", un dicho popular que nos recuerda que no podemos
resistirnos al progreso. Los cambios de etapa nos emocionan: son sinónimo de
evolución y de rutinas renovadas. Para muchos, los cambios de estación tienen un
significado similar y, aunque el cambio climático esté modificando las condiciones
a las que estamos acostumbrados, los equinoccios y los solsticios siguen
marcando el momento exacto en que la Tierra entra en el siguiente periodo
astronómico.
La inclinación del eje rotacional de la Tierra causa que tengamos estaciones
diferenciadas. A lo largo de un año, mientras nuestro planeta órbita alrededor del
Sol, esta inclinación hace que los distintos rincones del mundo queden más cerca
o más lejos de nuestra estrella, provocando el invierno y el verano
respectivamente.
Sin embargo, ciertos países tienen el año dividido en 4 estaciones diferenciadas
debido a su ubicación geográfica: los puntos más alejados del ecuador terrestre, la
línea invisible que divide la Tierra entre el hemisferio norte y sur, tienen climas
diferenciados que cambian varias veces a lo largo de un año. Del mismo modo, los
puntos más cercanos a la línea ecuatorial tienen un clima cálido constante durante
los 12 meses, como el caso de los amigos españoles.
Debemos contemplar que esta nueva temporada presentará la disminución de las
temperaturas y el aumento de los vientos frescos, además de que las noches
serán más largas. Durante esta estación, el día y la noche durarán exactamente lo
mismo, por lo que tiene sentido el significado etimológico de la palabra
“equinoccio”, puesto que proviene del latín “noche igual”.
Según la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), cuando el
otoño llega al hemisferio norte, donde se encuentra ubicado el país de México,
sucede este peculiar hecho donde los días y las noches duran exactamente igual
Por otro lado, cabe señalar que mientras que en el hemisferio norte se dio la
bienvenida a la nueva estación de “otoño”, en su contraparte, el hemisferio sur,
empezó la primavera.
A través de la historia, diversas culturas alrededor del mundo han celebrado las
fechas que representaban un cambio de estación. Un ejemplo destacable es la
antigua pirámide maya escalonada conocida como El Castillo, en Chichén Itzá,
México. De forma exacta, durante la puesta de sol en los equinoccios de
primavera y otoño, la luz solar baña la empinada escalinata de esta construcción
en el ángulo justo para crear la espeluznante forma de una serpiente que parece
deslizarse a lo largo de esta.
Definitivamente es una época muy especial llena de misticismo y riqueza cultural
que al menos en nuestro país es toda una obra culinaria de sabores, olores,
colores y paisajes muy particulares que valen la pena disfrutar.