Redacción
El gobierno de Texas ha ofrecido al futuro presidente, Donald Trump, un terreno en la frontera con México, con la intención de usarlo como espacio para una posible instalación que facilite las deportaciones masivas previstas. Esta propiedad, recientemente adquirida por el estado, se encuentra en el condado de Starr, en el Valle del Río Grande, una zona rural con acceso a importantes aeropuertos y un puente que cruza el río hacia México.
La oferta fue presentada por Dawn Buckingham, comisionada de Tierras de Texas, a través de una carta enviada a Trump el 14 de noviembre. Aunque la propiedad carece de infraestructura avanzada, como caminos pavimentados y cuenta con recursos locales limitados, la ubicación estratégica del terreno podría ser clave para el procesamiento y la detención de migrantes. Buckingham expresó su disposición para colaborar con el gobierno federal, en caso de que esta opción sea útil para las políticas de deportación.
El anuncio de Texas llega en un contexto de creciente división entre los gobiernos estatales y locales en torno a la política de inmigración. Mientras que algunas ciudades, como Los Ángeles, han optado por convertirse en jurisdicciones «santuario», limitando su cooperación con las autoridades federales de inmigración, Texas ha adoptado un enfoque más agresivo en la frontera, implementando medidas como el alambre de púas y leyes que permiten a las fuerzas policiales arrestar a migrantes que cruzan ilegalmente.
La propiedad ofrecida abarca más de 1,400 acres y podría ser utilizada para establecer una instalación destinada a procesar y coordinar deportaciones masivas, particularmente de criminales violentos. Buckingham subrayó que su objetivo es apoyar las políticas de seguridad de la administración Trump, asegurando que las familias estadounidenses estén protegidas. Por su parte, Trump ha repetido que comenzará las deportaciones desde el primer día de su mandato, una promesa que ha sido central en su discurso político.
Aunque el equipo de transición de Trump no ha confirmado si aceptará la oferta de Texas, se ha reafirmado el compromiso de movilizar todos los recursos disponibles para proteger la frontera y llevar a cabo una extensa operación de deportación. En este marco, se mantiene la incertidumbre sobre cómo se identificaría a las personas a ser deportadas y en qué lugares serían detenidas.