PORGuillermo GUADARRAMA
Dos equipos y más de 30 mil aficionados conglomerados para ser testigos del equipo que estando en cuarto lugar de la tabla general de posiciones llegó a Toluca para quedarse con la copa y gritar a los cuatro vientos “Santos Campeón” desde territorio mexiquense.
Y llegó la final a Toluca, ocho años después y con una noche lluviosa, pero la ilusión de la afición escarlata por obtener la onceaba estrella en su playera no cedió ante el frio clima, el estadio lleno y un glorioso domingo futbolero, donde los mejores del torneo de clausura de la Liga MX, Santos de Torreón y los Diablos Rojos del Toluca se vieron las caras finalmente para disputar el campeonato y levantar la copa.
Sin embargo los de Torreon terminaron por apagar las esperanzas de sumar la onceaba para los diablos, siendo campeones por sexta vez fuera de casa, enfrentando al superlíder y venciéndolo en su propia casa.
En la ida el diablo visito territorio de santos y termino descalabrado, pero la contienda se definiría en el mismísimo infierno; un estadio Nemesio Diez pintado de rojo, lleno total y una tribuna diablos adornada para apoyar dignamente al Club Deportivo Toluca.
En la capital mexiquense 500 elementos de seguridad resguardaban las afueras del estadio, el monumento del Águila de Colón, la Plaza de los Mártires en espera de los festejos en caso de que los rojos hicieran su hazaña.
Por su parte, los aficionados llegaron al inmueble deportivo dos horas antes para apoyar a su equipo aun antes de la llegada de los 11 diablos, sin importar la lluvia y l agranizada que por unos momentos se presentó en todo el municipio.
Comenzó el partido, los últimos 90 minutos de todo el torneo, 18 equipos lo intentaron y poco a poco fueron se fueron quedando en el camino hasta llegar a este domingo, donde no pasaron ni diez minutos cuando los laguneros lanzaron el primer ataque; Julio Furch desde afuera del área dejó sin nada que poder hacer al arquero Alfredo Talavera, metiendo el primero en el partido y el tercero en el global, al minuto nueve, Santos ya ganaba 3-1.
Posteriormente los rojos, tuvieron la mayor parte del partido el balón pero los goles no llegaban, terminaron los primeros 45 minutos y el marcador en la vuelta continuo 1-0 y 3-1 el global.
La intentaron Hauche, Sambueza, Quiñones, Uribe y el gol no se presentaba, lo que demuestra que en el futbol no importa quien es mejor sino quien mete más goles.
Fue hasta el minuto 81 cuando el milagro sucedió, Hauche se encontró el esférico en su camino metiéndolo de primera instancia hasta el fondo de la portería de Orozco quien hasta ese momento se había presentado como un verdadero héroe para su equipo, pero en esta ocasión, les regalo la esperanza a los locales, 1-1 en la vuelta, 2-3 en el global a favor de Santos.
A partir de esos momentos comenzaron los minutos más dramáticos del partido, con llegadas de peligro de parte del Toluca, Santos intentando enfriar el partido y el grito de “Si se puede” en la tribuna que hicieron emocionante esta final de la Liga MX.
Fueron 180 minutos en total, donde los diablos se vieron dominantes, la escuadra escarlata demostró en cada partido de la liguilla porque terminaron siendo el superlíder en la tabla general, pero este domingo contra Santos les faltó el gol, lo más fundamental en un partido para determinar quien es el ganador.
Ya no hubo necesidad de resguardar las zonas principales de la capital mexiquense, pues la mayoría de la afición, al terminar el partido decidieron resignarse y regresar a sus hogares a descansar y prepararse para las actividades de cada inicio de semana.