* Gana 2-0 a Mónaco pero se despide de «Champions».
Mónaco.- Arsenal hizo los deberes a medias, pues estaba obligado a ganar en el Stade Louis II por tres goles y le faltó uno, por lo que este martes dijo adiós a la Champions League con un global de 3-3 frente al AS Mónaco.
En el EmiratesStadium, se jugó la ida de los octavos de final de dicha competición, y Mónaco se impuso por 3-1, con lo que obligaba a su enemigo a marcarle los mismos goles en casa debido al doble valor que se les da a estos.
Como era de esperarse, Arsenal quiso adueñarse del balón una vez que se escuchó el silbatazo inicial para recortar distancias desde temprano, algo que ya tenía previsto el conjunto local, que sin prisa alguna, trató de calmar los ánimos con posesiones largas.
Al estar más calmados, los «rojiblancos» fueron a los que les salieron las cosas para que Arsenal jugara muy lejos de la meta comandada por el croata DanijelSubasic, aunque controlaron a placer el mediocampo.
Gracias a esto, los «gunners» pudieron acercarse al área rival poco a poco y para el minuto 36, Danny Welbeck mandó pase a profundidad al francés Olivier Giroud, quien falló en su primer disparo, pero el rebote cayó a sus pies para conseguir el 1-0.
Con esto, los visitantes ganaron confianza y sus llegadas fueron cada vez más insistentes, por lo que la defensa contraria debió redoblar esfuerzos; salvó un remate en la línea, y el portero Subasic también tuvo mayor trabajo ante la presión ofensiva.
Para la segunda mitad, el club inglés nuevamente trató de controlar el ritmo del partido y en esta ocasión hasta los mediocampistas probaron suerte con disparos largos pero Subasic estuvo atento.
Ante la insistencia y empuje del rival, Mónaco comenzó a perder el orden con sus intentos por salir de su área y para el minuto 79, el galés Aaron Ramsey no desperdició un rechace del poste para transformar el 3-3 global.
Sin embargo, este resultado era insuficiente en las aspiraciones del Arsenal por seguir vivos en el torneo, motivo por el cual los jugadores no dudaron en irse al frente, y Mónaco en adueñarse del balón para dejar correr el tiempo.
Los «gunners» no se dieron por vencidos, lucharon y arrebataron el balón, enviaron un sinfín de centros en la recta final, pero todo el conjunto francés defendió y despejó como pudo para alcanzar nuevamente los cuartos de final, algo que no conseguían desde la temporada 2003-2004, cuando se proclamaron subcampeones.