* El suizo destruye ilusión francesa al derrotar a Jo-Wilfried Tsonga en semifinales.
París.- Francia deberá aguardar otro año más para actualizar el nombre de Yannick Noah como último campeón local en Roland Garros, pues el tenista suizo Stanislas Wawrinka acabó con su última esperanza, al derrotar a Jo-Wilfried Tsonga en semifinales.
Tres horas y 46 minutos pasaron en la cancha Philippe-Chatrier para conocer al primer finalista de esta edición 2015, «Stan» prevaleció por 6-3, 6-7 (1/7), 7-6 (7/3) y 6-4 y rompió los corazones de los anfitriones, quienes esperan que la Copa de los Mosqueteros se quede en casa desde 1983.
«Alí» se reencontró con la fase de los mejores cuatro, que también alcanzó hace dos años, pero pagó con creces las múltiples oportunidades que tiró por la borda desde la devolución, ya que sólo consumó uno de los 17 puntos de quiebre fabricados.
Cuando en el «game» inicial, al preclasificado 14 se le escaparon tres chances de rompimiento y, al final, la historia que imperó en el encuentro: el de Suiza lavó sus imprecisiones con «winners» y dejó al galo con las manos vacías.
El helvético concretó una rotura en el tercer «game» y galopó hasta el 6-3 de la mano de 13 tiros ganadores, no sin antes sortear un nuevo contratiempo con su servicio que borró con una efectiva derecha y uno de los 15 «aces» que disparó en la jornada.
Aunque inclinó la balanza rápido en el segundo capítulo, el pupilo del sueco Magnus Norman se complicó la vida con su segundo intento y con sus primeras dos dobles faltas del día y aunque tuvo oportunidad de recuperar el control de las acciones en el 5-5, el ímpetu del francés pudo más y forzó el desempate.
Ya en el «tie break», Tsonga se conectó de lleno con el respetable y no dio luz a «Stan», quien permitió que se emparejaran los cartones a un set por bando y su rival creciera en confianza, misma que los acompañó en la primera parte del tercer episodio.
Pese a que el francés mejoró su efectividad desde la línea de saque y nunca estuvo en problemas, cerró seis veces la puerta para arrebatarle el servicio a su oponente y una nueva definición fue necesaria, donde de 11 puntos, dos fueron golpes acertados de Wawrinka y el resto fueron fallas.
Otra vez adelante en la pizarra, el octavo favorito no quiso meterse en más líos y aprovechó una doble falta del de casa para abrir la senda de la victoria, que antes superó seis turbulencias más para salir por la puerta grande señalando su cabeza, que más que su raqueta, fue vital para desarmar la característica garra de Tsonga.
Atrás quedó el batacazo de 2014, cuando «Stan» cayó eliminado apenas en la primera ronda y ahora la rueda de la fortuna lo pone en la cúspide de la Ciudad Luz, con su segunda final de Grand Slam, luego de conseguirlo en el título del Abierto de Australia la campaña anterior.