domingo, diciembre 22, 2024
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Jacobo Zabludovsky, maestro de periodistas

* Joaquín López-Dóriga, Lolita Ayala y Heriberto Murrieta lamentan su muerte
Joaquín López-Dóriga, Lolita Ayala y Heriberto Murrieta, quienes iniciaron su carrera como informadores con Jacobo Zabludovsky, lamentaron hoy la muerte de quien aseguran, «fue el maestro de los periodistas».

En declaraciones a Televisa, Joaquín López-Dóriga platicó que Jacobo abrió la puerta de la televisión a los reporteros. Trabajó con él en septiembre de 1970 para el noticiario «24 horas».

«Me acuerdo cuando me llamó para comunicarme de este noticiario. Yo me iba a ir a Copenhague, a la Asamblea del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y me dijo que iba a empezar un noticiario, que por favor le mandara información de eso. Así lo hice durante cinco días y cuando regresé me llamó a las 7 de la mañana.

«Me preguntó por qué no había ido el día anterior por mi orden de trabajo. Yo le respondí que no sabía y me dijo: ‘Estás a tiempo de venir todavía, a las ocho te espero. Entonces, comencé a trabajar con él hasta noviembre de 1978 que empezó otro proyecto».

De Zabludovsky, dijo, aprendió a ser reportero de televisión, pues en aquel entonces no existían.

«Los noticiarios eran de locutores. El de Canal 2 lo hacía «Excélsior»; el 4, «Novedades». Todas las notas eran de periódicos, hasta después de 1968 que Emilio Azcárraga Milmo creó la dirección de Telesistema Mexicano. Jacobo Zabludovsky fue varias eras de la noticia, luchó la nota hasta el último momento».

Como jefe, señaló, era un maestro constante. «Te hacía repetir una nota cinco veces, pero las cuatro veces te decía qué era lo que estaba mal. Era un maestro del oficio. Como compañero de trabajo y amigo tenía un gran sentido del humor, una gran cultura».

Entre las virtudes que López-Dóriga halla en el aspecto personal, es su gran conocimiento del Centro Histórico, en específico del barrio de La Merced.

Recordó cuando comían juntos en un restaurante de las calles de General Anaya y Anillo de Circunvalación. Se regresaban caminando hasta Chapultepec 18 y Jacobo disfrutaba contarle a sus acompañantes sobre cada calle, cada esquina, cada tienda, cada edificio y puerta de las casas o comercios por los que pasaban.

«Viajé a muchas partes del mundo con él y Jacobo siempre sabía algo, siempre tenía historia sobre el lugar. Se lleva el reconocimiento de todos y nos deja su trabajo como legado», recordó López-Dóriga.

Lolita Ayala, en entrevista radiofónica y quien trabajó durante 25 años al lado de Zabludovsky, destacó que ha sido una de las personas más importantes de su vida personal y profesional.

«Fue un gran amigo. Estuvimos puerta con puerta en las oficinas porque trabajé con él 25 años y en el noticiario ‘24 horas’ estuve 14 años. Fue mi maestro. Su muerte es una de las pérdidas más grandes para el mundo periodístico y para México. Él era una persona muy inteligente y tenía todas las cualidades, era culto y simpático», destacó.

La comunicadora resaltó que una de las mayores lecciones que le dio fue su sencillez y su amor para todo el mundo.

«No obstante el hombre que fue, su sencillez estaba por encima de él. Jacobo trataba a todo el mundo muy bien, fue una lección para todos, el maestro de todos, el creador del nuevo periodismo televisivo», apuntó consternada.

El periodista Heriberto Murrieta también habló acerca de quien considera, fue su maestro y confesó sentirse triste ante la partida de Zabludovsky este jueves, a las 2:00 horas, víctima de un derrame cerebral.

«Fue un personaje importantísimo en mi vida, me ha marcado mucho. Él creyó en mí como periodista deportivo y taurino, me apoyó siempre y me dio la gran oportunidad de estar en ‘24 horas'».

Trabajar a su lado, dijo, fue una gran experiencia periodística, «pero también en el aspecto humano porque fue un hombre entrañable, generoso y excepcional. Siempre tuvo buenos sentimientos, era bien educado y con gran clase».

Hace un mes regresaron de Cuba y recordó: «Yo le decía que era el caballero de fina estampa, como aquello de Chabuca Granda.

«Siempre erguido y muy fino en su trato. Aunque también pasé momentos duros, porque era muy exigente y estricto. No fue nada fácil empezar mi carrera periodística en las grandes ligas a su lado, pero me quedo con la parte humana y el gran cariño que le tuve y él también hacia a mí. Estoy muy dolido por su muerte».

De entre sus enseñanzas, subrayó, Zabludovsky le deja el cómo hallar la noticia, cómo redactarla y sin rodeos, «sin echarle mucha crema a los tacos y luego ya opinar sobre ella.

«Me enseñó a tener la visión periodística y sobre todo, encontrar en dónde estaba la noticia y en ese sentido, no pude tener una mejor escuela de periodismo que él, porque él por sí mismo, era una escuela de periodismo», resaltó Murrieta en entrevista televisiva.

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