miércoles, diciembre 18, 2024
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El tatuaje como arte y ayuda

Por: Lilia González

Enrique Díaz, mejor conocido como “Henry” es un artista plástico mexiquense, nacido en Toluca, quien a través del tatuaje no solo plasma su talento, también lo utiliza como un medio de ayuda a través de la micropigmentación de pezones y areolas para elevar la autoestima de quienes han padecido cáncer de mama y que por un tratamiento oncológico les tuvieron que extirpar las mamas.

A lo largo de su trayecto como artista plástico trabajó directamente con los pintores mexicanos Luis Nishizawa e Ignacio Barrios, así como con el escultor Fernando Cano, dedicándose posteriormente de lleno al mundo del tatuaje, contando actualmente con una labor ininterrumpida de más de 25 años.

Historia, formación y mundo del tatuaje

Henry comentó que desde la infancia tuvo gustos por el arte y el dibujo, que más tarde lo llevarían a formarse como artista plástico y trabajar directamente con grandes personalidades del arte.

“Como artista plástico independiente mucha de mi formación es autodidacta, pero también estuve en Bellas Artes, tuve maestros buenos con los cuales trabajé directamente como los pintores mexicanos Luis Nishizawa e Ignacio Barrios y con el escultor Fernando Cano, estudié también cerámica de alta temperatura en un colegio japonés y me dediqué un tiempo al mural”, comentó.

FOTO: Especial

A los 18 años, dijo, comenzó a adentrarse poco a poco al mundo del tatuaje por simple curiosidad, combinando la práctica de realizar algunas creaciones sobre la piel y su trabajo como artista plástico.

Explicó que con el tiempo empezó a ver al tatuaje no como un simple hobby, sino como la oportunidad para mostrar su talento y adoptar la labor como un modo de vida.

“Empecé a realizar algunos tatuajes de pura curiosidad, con el tiempo me di cuenta que la piel es un lienzo más, aunque la herramienta cambia mucho, pero la base sigue siendo la misma, el dibujo. Mi gusto por el tatuaje lo relacioné con el arte y el conocimiento que tenía de la plástica y de ese entonces hasta el momento tengo 30 años tatuando, 25 ininterrumpidamente”, señaló.

Primeros trabajos

Los primeros tatuajes realizados, recordó, fueron hacia él mismo plasmándose códices prehispánicos en el brazo, después a uno de sus amigos a quien le realizó un logotipo de una banda noruega, posteriormente fue realizando otros trabajos a conocidos y recomendados.

FOTO: Especial

Tras 5 años de tatuar por un pasatiempo, decidió poner un estudio formal conocido como “Henry Tattoo Art” con el cual lleva 25 años y ha realizado más de 35 mil tatuajes, 5 o 6 por día, con un trabajo diario de 12 horas tatuando.

Calificó al tatuaje como piezas decorativas y artísticas que guardan un cierto significado para la persona que los solicita; sin embargo, dijo, es altamente adictivo pues quien se realiza por primera vez uno, posteriormente va en búsqueda de más.

Por característica, Henry comentó que los tatuajes más difíciles que se puedan hacer son los pequeños puesto que no se tiene un margen de error y cero correcciones, requiriendo todo tatuaje de tres características: paciencia, precisión y experiencia.

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“La sesión más larga en una sola persona ha sido de 12 horas, todos los días tatuamos entre 10 y 12 horas sí o sí, pero trabajarlo en una sola persona cansa mucho porque la postura es la misma y los descansos son pocos”.

Por la gran demanda de trabajo que tiene, sostuvo que suele asistir una o dos veces al año a convecciones de gran calado en donde se reúnen tatuadores de élite para mostrar sus creaciones, compartir y adquirir nuevas experiencias.

“Sinceramente no soy mucho de participar en concursos, prefiero competir conmigo mismo, plantearme mis propios retos en lo que hago, ser autocrítico y muy agudo para sobresalir en el trabajo que al final, eso es lo que habla de ti”

Aumentó la demanda durante la pandemia

Mientras muchos sectores productivos y unidades se vieron afectadas económicamente durante la emergencia sanitaria, disminuyendo su actividad, para el mundo del tatuaje se elevó la demanda.

Para “Henry Tattoo Art”, los primeros dos meses de la pandemia fueron críticos debido al temor que existía de la población por salir de sus hogares o centros laborales; no obstante, pasados los tres meses de encierro, la demanda de su trabajo se incrementó hasta en un 20%.

Tatuajes para sobrevivientes del cáncer de mama

Teniendo una singular empatía por las personas víctimas del cáncer, debido a que su papá tiene mieloma múltiple, lo cual le ha permitido conocer de primera mano lo que conlleva el proceso y los tratamientos a los que deben someterse, así como la lucha interna durante y después, Henry se dio a la tarea de certificarse -por una empresa reconocida internacionalmente- en la micropigmentación capilar y facial, así como en pezones y areolas.

Estas últimas consiste en la implantación de pigmento en mamas reconstruidas después de un tratamiento oncológico, persiguiendo un resultado natural, simétrico y con impresión de volumen.

“Me certifiqué hace 22 años y tomé cursos no sólo para tatuar cejas, ojos, labios, sino también plasmar el trabajo en alopecias, personas con cicatrices y en mamas reconstruidas. Es una parte estética del tatuaje y es un mercado mucho menor, pero muy necesario para muchas personas”.

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Resaltó que con el trabajo que realiza busca elevar el estado emocional de las personas, generándoles confianza y seguridad, así como aportar un ‘granito de arena’ en su caminar para hacer frente al cáncer.

“Cuando se extirpa el seno, se pierde el pezón o una gran parte de este, pero con el tiempo se puede implantar un seno artificial, pero solo se recupera el volumen y es ahí donde entra la micropigmentación estética, se tatúa un pezón artificial, es complicado, nada fácil porque se tiene que igualar el color del pezón natural”, explicó.

Refirió que un procedimiento como el anterior, suele tener un costo de entre 4 y 5 mil pesos; sin embargo, señaló que ha habido fundaciones quienes han canalizado a algunas personas a quienes se les realiza el trabajo sin costo alguno.

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“Es todo un trauma lo que viven las personas con cáncer, sobre todo las mujeres cuando les extirpan el seno porque es una de las partes más femeninas, lo que buscamos es que su estado emocional, la confianza, la seguridad y la autoestima se eleve y se les dé un impulso importante en su vida… aquí en Toluca hay muy poca demanda, viene una mujer cada dos meses, pero han venido clientas e incluso de otros estados como Guadalajara”

El arte de tatuar como una ventana de oportunidad para jóvenes

Finalmente, acentuó que el tatuar se ha convertido hoy en día en una ventana de oportunidad para jóvenes, quienes durante la pandemia abandonaron sus estudios y/o tienen el interés de plasmar diseños sobre la piel, a quienes les recomendó informarse, aclarar sus dudas, practicar, tomar cursos y seminarios para instruirse.

“Actualmente algunos chicos han comenzado a dejar sus carreras universitarias, sobre todo con la pandemia y han comenzado a ver al mundo del tatuaje como un modo de vida y de ingreso, ésta es una muy buena inversión de tiempo creativo”, remarcó.

Cabe señalar que “Henry Tattoo Art” se encuentra ubicado en Avenida Hidalgo #406, Toluca, Centro, arriba de los Laboratorios Polanco, pueden admirar sus trabajos y concretar citas en sus redes sociales o a través del 729 100 9322.

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