sábado, diciembre 21, 2024
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Paciencia, respeto y precisión, claves en la restauración de imágenes religiosas

Imágenes religiosas resienten el regateo y complican su restauración.

El oficio va en declive, la situación económica pone en jaque a restauradores.

Por Lilia González

Se acerca el mes de febrero y, con esto, una temporada buena para restauradores de imágenes religiosas, quienes pese a la emergencia sanitaria, el difícil escenario económico y la pérdida de tradiciones, intentan subsistir.

Su peculiar labor le da vida a imágenes del Niño Dios, de la Virgen de Guadalupe, San Judas Tadeo y hasta de la Santa Muerte, las cuales no son vistas como objetos simples y comunes, sino con respeto.

Ricardo Mejía es una de tantas personas que han optado por restaurar y reconstruir imágenes religiosas desde hace 9 años por cuenta propia, la mayoría de su trayectoria está enfocada en el Mercado de El Seminario, comunidad perteneciente al municipio de Toluca.

Historia

El interés y su inquietud por dedicarse a la restauración, cuenta, nació de ver el trabajo que realizaban tíos y padres en el gran Mercado Juárez, entre ellos su mentor, Agustín Mejía “El Francés”, quien era su tío y le heredó el gusto por el arreglo de imágenes.

FOTO: Juan Hernández

Refirió que inició laborando, junto con otros restauradores, en plazas de temporada ubicadas en puntos estratégicos de la capital mexiquense como el Jardín Zaragoza, emprendiendo después su propio negocio.

Demanda

La demanda de su trabajo, explicó, ha ido en declive, puesto que cada vez son más las personas que se dedican al oficio, además de ser más complicada la situación económica para las personas, quienes optan por otro tipo de prioridades.

“Desafortunadamente estamos perdiendo la tradición de la restauración, también porque el oficio ha incrementado y hay baja demanda al haber más competencia de restauradores. En años anteriores solíamos recibir hasta 100 niños Dios para la restauración, hoy en día cerca de 20 o 30”, comentó al agregar que son octubre, noviembre, diciembre, enero y febrero, los meses con mayor actividad.

Señaló que la emergencia sanitaria abonó a que la demanda del servicio siga sin crecer, impidiendo recuperarse económicamente pues, dijo, pese a que 2021 fue uno de los años más complicados de la pandemia, al presente año únicamente han logrado incrementar sus ventas en un 10%, a lo mucho.

El arte de restaurar imágenes

Ricardo Mejía indicó que paciencia, respeto y precisión son las claves del oficio, puesto que se requieren trazos equilibrados y precisos, así como una manipulación respetuosa de la imagen para que los resultados sean los esperados.

“No se manipulan como un objeto simple, toda imagen implementa un respeto porque uno mismo orilla que el trabajo no se permita hacer. Si uno hace de malas el trabajo o no se le pone el cariño o el entusiasmo a lo que se realiza, se complica la labor”, expresó.

Indicó que los niños Dios son las figuras más comunes a reparar; sin embargo, también ha hecho lo propio con Vírgenes de Guadalupe, San Judas Tadeo, Reyes Magos, Ángeles, patronos de diversas localidades y de la Santa Muerte.

Entre las imágenes reconocidas a las que les ha dado tratamiento se encuentran: Santiago Apóstol, patrono de la comunidad de Santiago Tlaxomulco; el Santo Patrono de San Bernardino; así como la Virgen del Carmen del Mercado 16 de Septiembre.

El empeño, la dedicación y el profesionalismo que lo han caracterizado, lo han hecho restaurar imágenes que han trascendido fronteras, yéndose a Estados Unidos, la Patagonia, Canadá y Argentina.

FOTO: Juan Hernández

Lo difícil

Lo más complicado de su trabajo, dijo, es sin duda la restauración de niños Dios, puesto que si bien el costo promedio por el renuevo de una pieza normal oscila en los 280 pesos, el costo va variando en proporción al tamaño y los detalles que requiera su arreglo. “Es caro el trabajo para una imagen muy pequeña, porque el trabajo lo demanda el tiempo y la precisión”, apuntó tras comentar que la pieza más pequeña que ha trabajado ha sido un Niño Dios de 2.5 centímetros de tamaño.

Además, adicionó que “la madera es más difícil de manipular; de entrada, son piezas muy caras y muy valiosas porque son antiguas, tienen un grado más complicado, es más costoso el tallado a mano; la madera con el tiempo absorbe humedad, se cuartea y tiene mayor deterioro”.

Anécdotas

Al narrar un poco de la labor que realiza, Ricardo comentó algunas anécdotas peculiares que justifican el por qué las imágenes no solo son figuras de yeso, resina, fibra de vidrio o madera, pues relató que en alguna ocasión una señora le solicitó restaurar una Santa Muerte casi al 100%, puesto que únicamente le entregó la cabeza, solicitando elaborarle un cuerpo acorde a su proporción.

“Para nosotros era, de entrada, un reto el crear todo el cuerpo; nosotros no somos creyentes de la imagen, pero la respetamos; sin embargo, no teníamos molde, lo que implicó el tener que sacar diversas fórmulas que permitieran crear el cuerpo, lo hicimos con gelatina, harina cernida y diversos materiales, pero no quedaba”, contó.

Un día, dijo, en casa se encontraban haciendo empanadas, por lo que se le ocurrió sacar el molde a base de masa, quedando impregnado el contorno del cuerpo de la figura, procediendo después a colarlo con yeso, quedando un buen resultado. “La sorpresa que nos llevamos cuando fuimos a entregar a la señora la pieza, es que nos platicó que alguien quemó su tortillería, en la cual se encontraba la Santa Muerte, por lo que se hizo curioso que solo fue con masa como se dejó trabajar la figura”, agregó.

Por otra parte, dejó ver que entre más regatee la persona el costo por la restauración de las imágenes, como niños Dios, menos se dejan manipular, costando mucho trabajo su reparación.

“La imagen reciente, por el recelo del costo de su dueño, no se deja manejar al 100%. Cuando les comento un costo hay personas que me dicen que le sale más barato comprar una figura nueva y la imagen lo resiente, y para que se deje trabajar, nosotros tenemos que hablar con la imagen, prácticamente pedirle permiso o de plano dejarla reposar un momento para después retomar el trabajo”.

En búsqueda de darse a conocer, Ricardo aperturó una cuenta de Facebook denominada Richar Restauración Mejía, en donde los interesados pueden visualizar un poco del trabajo que realiza, así como cotizar precios y solicitar su servicio; además, su local se encuentra ubicado dentro del Mercado de El Seminario, No. 28, teniendo un horario de 11:00 a 18:00 horas todos los días, o bien se encuentra disponible a través del número 7225395246.

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