POR Alelhi RODRÍGUEZ
Miriam Murillo García, Alejandra Gaytán Fabela y Ana Isabel Álvarez Salazar, egresadas de las ingenierías de Biotecnología y Agronomía en Floricultura, colectaron en Toluca, la flor de veinte pétalos que se colocó en los altares y ofrendas con el propósito de darle un segundo uso.
Es una iniciativa con una visión medio ambiental para crear un insecticida biodegradable, el cempasúchil posee tiofenos que ahuyentan algunas plagas como la cochinilla, el pulgón y la mosca blanca que regularmente dañan rosales y otras plantas ornamentales en el jardín del hogar.
Para que la materia orgánica no terminara en la basura, las emprendedoras se instalaron en el monumento al Águila de la capital mexiquense, donde recibían la flor donada por la población.
La meta fue recopilar 200 kilos de flor amarilla, para posteriormente iniciar con el proceso de desarrollo del plaguicida.