Por Alelhi Rodríguez
En el municipio de Tenancingo existe un Centro de Conservación de Tigridias, plantas bulbosas pertenecientes a la familia de las iridáceas y que, según la Norma Oficial Mexicana 059-Ecol-2001, al menos seis de su tipología están en riesgo de extinción.
Es un espacio de la Universidad Autónoma del Estado de México, en el que Miguel Vázquez García, profesor del Centro Universitario Tenancingo de la UAEMéx ha participado para su preservación.
«Hay seis especies que están dentro de la norma para protegerla, sin embargo, lo importante es que no solamente son seis; hemos considerado, visitando su hábitat, que son de 18 a 20 especies las que se deben de reservar dentro de esa norma de protección», comentó.
Es una flor con carga histórica importante, que fue de gran interés desde el siglo XVI por los primeros naturalistas que llegaron a la Nueva España. «El hecho de tenerlas aquí, además de que viene la parte importante de conservar a una planta que está amenazada, la otra importancia es que se conserva la historia que tiene tras de ella, se conservan los significados que tuvieron para las personas en otros momentos de la historia de este país», precisó Vladimira Palma Linares, Arqueóloga y Antropóloga del Centro Universitario de Tenancingo.
Es conocida como la flor de tigre, antes de ocelote, por las manchas en sus pétalos, afines a las de los felinos, “entonces tenemos una amarillita que es la variedad Dulce; tenemos una color fucsia, que es la variedad Carolina; una rosita suave, que es la variedad Mariana; una blanca, que es la variedad Ángeles; una anaranjada muy bonita, que es la variedad Samaria. Cada una tiene su nombre»
Es una flor de temporada que dura solo un día, pero que se reproduce durante más de tres semanas en julio y agosto y, en Tenancingo, conservan 15 de las 46 existentes en México, pues atraen a cierta fauna polinizadora.