Redacción
En la contienda republicana para la designación presidencial de 2024, Donald Trump se distingue como el líder según las encuestas, aventajando por 40 puntos al gobernador de Florida, Ron DeSantis. A pesar de esto, los rivales del expresidente muestran dudas y reluctancia a atacarlo, incluso con su apoyo en las primarias superando el 50%.
Las cifras indican la razón detrás de esta situación. Los aspirantes que previamente criticaron a Trump sufrieron una disminución en su popularidad entre los votantes republicanos, mientras que aquellos que subieron en las encuestas o bien eluden mencionar a Trump o elogian su figura.
Ejemplos como el de Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey, ilustran los resultados de las críticas severas hacia Trump. Su nivel de aprobación neto entre los republicanos se encuentra en -44 puntos, con un sorprendente 61% de votantes republicanos expresando una opinión desfavorable de él.
Durante su campaña presidencial, Christie experimentó una caída en su popularidad.
Christie no está solo en esta posición; otros candidatos que se muestran anti-Trump también enfrentan desafíos similares. Ejemplo de ello es Asa Hutchinson, exgobernador de Arkansas, quien abogó por alejarse de Trump. En un debate reciente, Hutchinson fue el único que no levantó la mano al ser preguntado si respaldaría a Trump como candidato del partido incluso si enfrentara una condena. Esta postura influyó en su favorabilidad, que resultó menos-18 puntos.
La popularidad constante de Trump dentro del partido republicano es un factor crucial. Encuestas indican que más del 80% de los republicanos tiene una opinión favorable hacia él, y más del 50% una opinión «muy favorable». Además, la mayoría de los votantes republicanos no desea que los candidatos ataquen a Trump en sus campañas.
La encuesta CBS News/YouGov reveló que el 91% de los votantes republicanos prefieren que los candidatos presenten sus propias propuestas en lugar de atacar a Trump en las primarias.
Esto explica por qué candidatos como el senador Tim Scott de Carolina del Sur han sido reticentes a atacar a otros republicanos. Esta estrategia ha elevado a Scott en las encuestas, situándolo consistentemente en el tercer puesto en Iowa.
En resumen, los rivales republicanos de Trump se enfrentan a un dilema. Atacar a Trump podría resultar impopular y contraproducente, dado su arraigado apoyo dentro del partido. La mayoría de los votantes republicanos prefiere que los candidatos se enfoquen en presentar sus propias propuestas en lugar de atacar a Trump. Esto deja a los aspirantes con la difícil tarea de equilibrar la necesidad de ganar votos sin alienar al apoyo existente a Trump.